Stripped Fur ||Narry|| Ziam||AU||

Capítulo 34: Y si queréis besaros, podéis hacerlo

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Niall no había dormido nada. Alana se había puesto nerviosa porque en el festival tenía que cantar en francés y los nervios se le habían ido directos al estómago.

Había vomitado cuatro veces.

Niall le acarició la frente, sudorosa, cuando finalmente se durmió. Harry estaba acurrucado en su forma de gato junto a la niña, ronroneando con suavidad.

Por la mañana empezó la locura.

Emily se sentía un poco desplazada. Niall era quien había estado todo el trimestre y sabía todo.

Ahora estaba agachado junto a la niña, repitiendo los versos de la canción y llenándole la cara de purpurina. Padre e hija cantaban mientras la niña jugaba con la falda del disfraz de ángel que tenía que llevar.

-Qué vestido más raro.

-Es una túnica –Niall le colocó las alas. –lo harás genial.

Harry se acercó y se rozó. Alana se rió nerviosa.

-Vamos.

Harry dejó actuar a Niall. Fue escondido en la parte trasera del coche y en el colegio Niall ke dejó sólo en el baño con algo de ropa que le había regalado Liam.

Harry se miró al espejo. Se arregló el pelo y se colocó el collar que Niall le había regalado y salió del baño.

Niall estaba ya en los asientos delanteros reservados a los padres. Emily, con una cámara de vídeo, estaba a su izquierda.

Levantó la vista al ver a Harry venir.

Con un suéter gris amplio y unos skinny jeans negros y botas, el cabello rizado y ese collar.

Niall pudo ver muchas miradas femeninas y alguna masculina fijas en él. Hasta Emily parecía impresionada al ver a Harry así, seguro de sí mismo y en esplendor.

Se levantó y se acercó para sujetarle la mano. Le mostró su sitio y se sentó con la mano agarrada. Luego recordó que Alana estaba a punto de salir y se la soltó, renuente.

Alana no salió hasta más de una hora de festival después. Cuando lo hizo Niall estaba a punto de dormirse pero se levantó y cantó todo el trozo de la niña pese a que él no había estudiado francés en su vida.

Cuando acabó, Alana se acercó a su padre y le abrazó.

-¡Papá! Lo hice bien.

-Y no te equivocaste en nada. –Niall se incorporó y señaló a Harry –Alana, éste es mi amigo, Harry.

Alana disimuló una sonrisa y le guiñó un ojo a Harry aunque afortunadamente Niall no lo vio.

-Hola, soy Alana.

-Harry –le alargó la mano.

Emily tenía la misma cara que si se hubiera tragado un sapo vivo.

-Vámonos a comer. Hasta luego, Emily.

Alana la abrazó y se fue con su padre y ese muchacho.

Niall creía que a su novio (novio...) y a la niña les resultaría mucho más agradable una comida en una cadena de comida rápida que un restaurante serio.

Y allí estaban ahora. Mientras Niall pagaba en la caja para llevar la comida observaba a los dos.

Harry le estaba enseñando los tatuajes del brazo a Alana que estaba mostrando un entusiasmo innegable.

Niall se sentó frente a ellos. 

-Parece que os lleváis bien.

-Harry tiene muchos tatuajes.

-Sí... Harry va a estar con nosotros en la cena de mañana.

Alana se metió una patatita en la boca y les miró muy fijo con una sonrisa.

-Alana, ¿qué? –dijo al fin Niall.

-¿Es el chico al que besaste? Me gusta.

-Alana, acaba tu comida.

Harry se rió. Niall trató de no hacerlo para no darle a la niña alas.

-Podéis besaros si queréis.

-¡Alana!

Harry rompió en una carcajada y Alana puso una sonrisa angelical.

-Alana es muy lista –dijo Harry en voz baja.

-No vamos a besarnos.

-¿Por qué?

-Porque no.

-¿Y por qué no?

-Porque pues... no sé.

-Pero Harry te gusta –dijo la niña con una sonrisa diabólica.

-Sí.

-¡Ajá!

Niall escondió la cara en las manos. Iba a acabar con él.

-Podéis besaros, no me importa.

-Alana, esto no...

Harry le agarró la cara y le dio un beso en los labios. Alana dio un gritito y aplaudió.

-Ahora comamos –dijo Harry.

Niall miró a Harry y luego a Alana y se rindió a la evidencia de que su vida iba a ser mucho más complicada porque la complicidad entre esos dos había sido instantánea.

Harry tenía que simular que se iba, convertirse en gato y esperar en el coche a que Niall fuese a por él.

Niall entró en casa aún con el subidón de esa tarde cuando Emily se levantó del sofá nada más verlos entrar.

-Niall, he hablado con mi madre. El día 26 viajo a Mullingar para pasar allí Fin de Año y me preguntan si Alana puede ir a verlos y estar conmigo entre el 26 y el 1.