#OUTSIDERS

16 • Underestimated

No importan todas las veces que Angie me dice que Lion es así cuando está molesto, que se le pasará en un rato y que no quiso decir eso, o lo mucho que yo sepa que tiene razón, nada hace que me sienta mejor.

Dejamos a Theresa en su casa y luego pasamos a recoger a Quinn. Él se sube y le da un abrazo de lado a Lionel, luego se le queda viendo como si supiera que su humor no anda muy bien que digamos y le dice algo en voz baja. Cuando eso no funciona para hacer que hable, se voltea hacia nosotros y nos saluda.

—¿Cómo estás? —me pregunta directamente, con una sonrisa de lado. Solo soy capaz de hacerme pequeña en mi asiento y encoger los hombros— eso que hiciste fue algo asombroso, tomó muchas bolas. Por supuesto no podrías ser diferente, siendo hija de Lion.

Él estira su mano en un puño hacia mí para que lo golpee, supongo. Lo hago, sin muchas fuerzas. Por el resto del camino Quinn y Bastian son los únicos que hablan y por algún milagro logran hacer que Lion deje de verse letal.

—Iré a tener unas palabras con Justin —escupe Lion cuando llegamos al edificio.

—Calmado. Está enfermo y lastimado —murmura Bastian con un brazo alrededor de los hombros de Angie— no le hagas nada. Lo digo en serio.

—No le haré nada, Quinn irá conmigo para asegurarse de eso. Tú, Midnight, quédate en tu habitación y espera a tu amiga. Cuando llegue la encierras ahí también.

Justin

No estoy enfermo. En serio no lo estoy, solo acabo de toser todas mis tripas y mi nariz está tan tapada que ya ni siquiera recuerdo cómo se sentía antes. Además, está demasiado frío en mi habitación a pesar de que la calefacción está encendida. Pero estoy bien. Sobreviviré, soy un hombre duro.

La puerta de mi habitación se abre y Lion entra, seguido del imbécil de Quinn. La última persona a la que quiero aquí dentro.

—¿Qué te pasa? Te ves horrible —dice Lion cuando me ve en este estado.

—No tengo fuerzas para soportar tus regaños, Lion, lárgate. Ya estoy siendo castigado por mi propio cuerpo.

—No, no lo estás. Por tu culpa mi hija se puso en contacto con un psicótico violador y ¿Tú dónde estabas? —pregunta, entrecerrando tanto los ojos que solo son dos franjas marrones.

—Estaba dormido —murmuro y levanto mi mano para que esperen un momento mientras estornudo de nuevo. Ninguno de los dos maleducados me desea salud— créeme, me siento mal por eso, pero ella es capaz de lidiar con cualquier cosa. Incluso con un psicótico violador. Dale más crédito.

—¡Pero no debería de verse en esa situación! —se queja y apuña sus manos, dando un paso hacia mí. Quinn lo detiene con una mano en el hombro— ¿No entiendes? Acabo de encontrarla, no quiero que se muera. Por tu culpa casi se muere.

Que gran exageración.

—Escucha —me levanto, extendiendo mis manos hacia él— Bax estaba ahí, él no la hubiera dejado morir. Y ya habían llamado a la policía desde antes de que ella siquiera se acercara al violador. Necesitas tomar un gran respiro y contar hasta diez.

—No me toques con tus gérmenes —se queja, golpeando mis manos para que las quite— y no quiero contar hasta diez. Quiero que esas cosas pervertidas que le mandaste a Mid por mensaje desaparezcan de mi cerebro. Quiero que regreses el tiempo y no te duermas, que no la dejes ir a investigar y enfrentarse a eso. Sin importar si ella puede lidiar con esa mierda o no.

—No soy Einstein, pero incluso yo sé que nada de eso es posible —murmuro y me hago hacia atrás cuando da otro paso enojado hacia mí— además, no tenías derecho de ver lo que le mandé a Mid. Son cosas privadas. Y la mayoría solo eran para molestarla.