53 • Strange Changes

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—¿Quieres que te mienta? Lo hiciste. Incluso antes de decirme a mí o a Angie, aunque yo ya sabía —murmuro, sin dejar de observar su cara, cada vez más pálida. Lion no me responde, solo sigue respirando cada vez más fuerte y sudando a pesar del frío que está haciendo.

Está teniendo un ataque de pánico.

Me pongo frente a él justo cuando su piel se pone pastosa y rompe en sudor.

—Hey, Lion... respira profundamente. Mírame, mírame a los ojos.

—Acabo de joder toda mi vida —susurra, luciendo tan pálido como yo y cinco años más joven. Puedo observar el verdadero terror en sus ojos así que tomo sus brazos y los estiro como el taxista lo hizo conmigo el día que llegué aquí— jodí todo...

—No —lo interrumpo con voz fuerte y clara para que me ponga atención incluso mientras su cerebro se está auto-saboteando. Sé exactamente que en este momento está pensando en cada pequeñísimo detalle negativo de esto que acaba de pasar. Lo único que puede ayudarlo es la verdad objetiva, o al menos es lo que me ayuda a mí— no jodiste todo. Hiciste un gesto gigante por el hombre que amas. Quinn verá lo que hiciste y te perdonará. Si todo lo demás en tu vida se va a la mierda por esto, al menos lo tienes a él. Y a nosotros.

Lion hace contacto visual conmigo y sigue mi respiración por veinte segundos antes de empezar a calmarse.

—Toda la ciudad va a pensar que soy un marica que...

—Lo eres —interrumpo y escucho la risa del idiota de Justin detrás de mí— la gente tal vez va a decir eso por un largo tiempo así que solo acéptalo, hazlo parte de ti. Eres un hombre. Actúa como tal y deja de tener miedo.

—Wow, Mid. No te contengas —murmura Angie riéndose a un lado de Justin como un par de niños pequeños.

—Estaba teniendo un ataque de pánico. Nada funciona mejor que un golpe de realidad —contesto una vez que Lion empieza a respirar mejor y a recuperar un poco de color— es mucho más difícil cuando intentas hacerlo contigo misma. Pero con alguien más, es sencillo.

Justin se estrella contra mí sin ninguna maldita advertencia tan pronto como me alejo de Lion, asustándome totalmente y abrazándome con demasiada fuerza.

—Eres perfecta en todo, no dejas de sorprenderme —murmura mientras intento hacer que me suelte— te amo.

De nuevo con eso.

—Gracias... —contesto incómodamente y el sonido de un celular sonando me salva de tener que contestar algo.

—Oh, joder. Es Gracie —se queja Lion, cubriéndose la cara con frustración— pensé que iba a entender la indirecta: ¡Piérdete!

—Yo contesto —se ofrece Justin, soltándome sin fineza y arrebatándole el celular a Lion— hola. No, soy Justin. Lion está ocupado en este momento ¿Quieres dejarle algún mensaje?.. Mmhhm, aja, eso no suena muy agradable...

Lion empieza a caminar en círculos con las manos en las caderas. Está perdiendo la cabeza todavía, pero al menos no está en estado de pánico de nuevo.

—Lo de ayer fue un error de nuestra parte, en serio lo siento.... Aja, claro que escuché, yo estaba justo aquí cuando se lo dijo a toda la ciudad —dice Justin al teléfono, con una voz divertida que seguramente está volviendo loca a Gracie— yo no sé eso, pero sí sé que él ama a alguien que no eres tú. Entiendo que es difícil, pero ten algo de dignidad y déjalo. Se lo merece, es un perro infiel y traicionero.

—Eh, pero quiero conocer a mi hijo —pelea Lion, haciéndome rodar los ojos inmediatamente. Justin lo calla y sigue platicando con Gracie por un rato más, utilizando las mismas lineas que usó con Theresa.

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