6- ¡Aigoo, Jimin!

18.7K 1.9K 955
                                    

-Un caramel macchiato, por favor –pedí.

-¿Café o crema?

-Café.

-¿Frío o caliente?

-Frío.

-¿Nombre?

-Isabelle –al ver la cara de confusión de la muchacha ante mi americano nombre, sonreí-. Sólo escriba "Is".

La muchacha se rió y asintió con la cabeza, escribiendo con un bolígrafo negro sobre el vaso de plástico.

-Espere al final de la barra, el chico le cobrará –dijo, y comenzó a preparar mi bebida.

Mientras me retiraba hacia donde me había indicado, la campanita de la puerta tintineó.

-Un caramel macchiato –dijo.

¿Alguna vez les ha sucedido lo del deja vú? Estoy segura de que más de una vez, pero... ¿y si supieran dónde, cómo y cuándo hubiera ocurrido exactamente lo mismo con anterioridad; seguiría siendo un deja vú?

El pelirrojo llevaba una gorra de lana negra, unos pantalones del mismo color y un buzo blanco con una inscripción de Puma. Cuando se giró a mirarme descubrí que unos anteojos gruesos de pasta negra se deslizaban por el puente de su nariz. Levantó un dedo para arrastrar los anteojos hasta arriba y me dedicó una melodramática mirada de rencor.

Puse los ojos en blanco y aparté la mirada, inflando las mejillas de aire para después soltarlo con un bufido.

-Jimin... Crema... Caliente... Gracias –decía el muchacho, mientras yo me daba cuenta de que no nos parecíamos en nada.

Cuando Jimin llegó a mi lado, se cruzó de brazos. ¿Cómo podía ser tan sexy y aniñado al mismo tiempo? Todavía no lo entendía y, sin embargo, trataba con todas mis luces de no ceder ante esa actitud pues lo encontraba condenadamente tierno. Apreté los labios por no soltar una risita, justo cuando la muchacha dejaba dos caramel macchiato sobre la barra.

El pelirrojo tomó el suyo rápidamente y, antes de marcharse casi corriendo, exclamó:

-¡Ella paga!

-¿Qu...? –comencé, mirándolo con terror.

Aunque ya era tarde, el muchacho había salido corriendo el café llevándose su bebida caliente a los labios.

-No puede ser... oiga, no... -comencé, sacudiendo la cabeza cuando el cajero me dijo la cantidad de wons que debía pagar por ambas bebidas-. No, no. ¡Yo no pienso pagar su bebida!

-Él ha dicho que tú pagabas.

-¡Pero no voy a hacerlo! ¡Apenas le conozco y...!

El muchacho con severo acné detrás de la barra me miró con cansancio.

-Realmente no me interesa, yo tengo que cobrar las bebidas.

-¡Pero...!

-O pagas o llamo a la policía.

Junté las cejas en gesto de desesperación y abrí la boca como un pez. Finalmente lancé un bufido y saqué el dinero de mi cartera.

-Que lo disfrute –el muchacho me acercó el vaso y yo lo tomé para luego salir corriendo.

Esto definitivamente no se iba a quedar así.

Caminé por el resto de la vereda, mirando para todos lados con tal de encontrar algún ente con el cabello naranja mandarina; pero no encontré nada. Si había corrido fuera del lugar, ahora debía estar muy lejos de mi alcance.

Caramel Macchiato [Park Jimin]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora