-¿Entonces simplemente te dejó? -inquirí, dejando una taza humeante frente al muchacho.
Habíamos decidido que tener sexo sin condón en el baño, cuando no sabíamos en qué momento podía llegar Minnie e inturrumpirlo, no era una buena idea. Para nada buena idea. Así que decidimos que me vestiría y trataríamos de hablar y no tentar más a las hormonas.
-Así es. Un día discutimos por una estupidez, y luego ella se marchó... -Jimin se encogió de hombros-. Entonces la vi en una fiesta, una semana después.
-¿Hablaron?
-Estaba muy ocupada besuqueándose con todos los chicos de la fiesta -se rió sarcásticamente-. Me enojé y le pregunté por qué me hacía eso, y ella sólo dijo "pues necesitaba cambiar un poco de aires" -sacudió la cabeza-. Y luego de eso comenzó a perseguirme y llamarme todas las noches tratando de pedir disculpas, y de que si había alguna forma de que volviéramos.
-Por Dios -me mordí el labio con fuerza, molesta-. ¿Luego de estar con otros chicos frente a ti?
-La verdad es que también se acostó con algunos de ellos -hizo una mueca-. Creo que no es la más indicada para llamarte "golfa" -se encogió de hombros-. La verdad es que siempre me pareció un poco psicótica, pero ésto... Ésto es demasiado.
Asentí lentamente y le di un trago a mi propio té de jazmín, tratando de asimilar lo que acababa de decirme.
-Jimin, yo... -me frené, sin saber del todo qué decir. O sea, sabía qué quería decirle pero no sabía cómo-. Yo no...
El muchacho me miraba, expectante, con aquellos ojos tan tiernos y los labios brillantes y apetecibles entreabiertos. Su cabello partido a la mitad, tan naranjo que costaba verlo directamente. Su piel morena, las clavículas fuertes a la vista por culpa de su blusa suelta. Y aquellas piernas poderosas que, si bien estaban debajo de la mesa y muy fuera de mi vista, era completamente capaz de imaginármelas y eso... Dios, me volvía loca.
Él me volvía loca.
-¿Belle? -sonrió, y probablemente sabía a la perfección lo que quería decirle.
-Yo... O sea, no quiero que suene como si estuviera loca o algo así... No, la verdad no es tan loco, pero... -me paré, dejando la taza sobre la mesa, y le di la espalda. Era incapaz de verlo a la cara dado lo roja que estaba-. La verdad es que estos días no estuvieron tan bien... No, definitivamente no estuvieron bien; y es que yo... Tú... Bueno, tú estabas lejos, y yo...
Sentí como el muchacho se ponía e pie rápidamente y me abrazaba por la cintura, apoyando la barbilla sobre mi hombro.
-¿Sí...? -inquirió, lanzando el aliento cálido a mi cuello y poniéndome los pelos de punta.
-Lo que pasa es que yo... -comencé a juguetear con el bode de mis shorts, nerviosa-. No tienes que decirme lo mismo si no quieres, no quiero que te veas en la res...
-¡Isabelle eres una chica muy inteligente -me soltó la cintura y me hizo girar para que lo viera a la cara, agarrando con fuerza mis brazos y agachándose un poco para verme directo a los ojos- pero estás comportándote como una tonta ahora mismo!
-¡Sabes lo que quiero decirte!
-Probablemente sí... -cerró los ojos, y luego abrió uno para mirarme a escondidas-... pero quiero oírte decirlo.
Suspiré, agotada.
-Quería que sepas que yo... -tomé aire-. Yo te quiero.
Se quedó tieso, mirándome a ambos ojos, uno a la vez. Luego enderezó la espalda y me soltó. Chasqueó la lengua y se rascó un brazo, cohibido.
ESTÁS LEYENDO
Caramel Macchiato [Park Jimin]©
FanfictionLo primero que escuché fue su voz... -Un caramel macchiato. -¿Nombre? -Jimin. Sin quitar la vista de mi portátil, sentí como el extraño ocupaba mi misma mesa. Al levantar la vista, sentí como si entrara en una especie de onda supermasiva. Era tan...