— ¿Estás segura de esto Alya? —Pregunte al ver que volvíamos a emprender viaje.
Llevamos como cuatro horas de aquí para allá tratando de encontrar testigos y visitando lugares donde posiblemente encontremos pistas pero... hasta ahora nada de nada. No debí de compadecerme, ahora mis pies están matándome.
—Por supuesto aquí se vio a Lady Bug por última vez cuando peleo contra la chica zorro, ¿Volpinia? Creo que ese era su nombre—se quejo Alya mientras nos dirigíamos hacia allí.
Un destello cruzo por mi cabeza, Adrien siendo sujetado desde lo alto de Eiffel.
— ¡¿Estás bien?!
Me gire a preguntarle a Adrien quien estaba detrás de nosotras a solo un paso o dos él lucia bastante sorprendido y una sonrisa nerviosa cruzo por su cara, no entendió para nada lo que dije... no lo culpo, es más ahora que lo pienso eso debió de pasar hace tiempo. Entonces fue salvado por Lady Bug y Chat Noir.
—Quiero decir, yo... recordé, estabas colgando de la torre Eiffel y... bueno, me alegro que todo haya salido bien.
Sus cejas se levantaron al comprender y sonrió de una manera dulce. Mi rostro enrojeció.
—Gracias por preocuparte, pero ese no era yo, muchas personas se asustaron cuando salió por televisión y estuvo en internet un buen tiempo, tranquila. Nunca estuve en peligro—sus palabras amables junto con su sonrisa me mantuvieron concentrada en su rostro al punto de ser excesivo.
Haya me incoo su codo en mis costillas para que volviera a la realidad.
—Me alegro—fue todo lo que pude decir.
—Gracias.
Cuando paso por mi lado puso una de sus manos en mi hombro y continúo caminando.
¿Por qué? Si no me parece que tenga nada bueno... pero, no puedo estar tranquila cuando estoy cerca... además todo lo que recordé hasta ahora tiene que ver con Adrien ¿Es que aunque haya perdido la memoria estoy condenada a ser su acosadora?
Cubrí mi cara con las manos y agache la cabeza.
Si Adrien supiera cómo estaba mi habitación antes seguramente ni se me acercaría.
—Vamos Marinette, luego te permito hundirte en la depresión pero ahora terminemos lo que vinimos a hacer—Alya también paso delante de mí.
Obligue a mis pies a moverse y seguirlos.
Pero como era de esperarse nadie sabía nada, encontramos a algunos espectadores de ese último incidente pero nadie sabía más de lo que todo el mundo ya sabía.
Al final todo fue una pérdida de tiempo.
—Bueno, creo que es hora de volver a casa—dijo Adrien mirando su teléfono.
—Estoy de acuerdo—concordó Alya cabizbaja.
—No te pongas triste Alya, siempre hay un mañana y podremos seguir buscándola.
En cuanto llegue a casa me maldeciré por haber dicho aquello.
—Tienes razón Marinette, puedo continuar mi búsqueda mañana, no voy a descansar hasta saber que le paso—estiro sus brazos debido al cansancio.
—Bien busquemos un taxi para ir a casa y...
—Puedo llevarlas si quieren—intervino Adrien. —Mi chofer no está lejos de aquí, sería un desperdicio de dinero que gastaran en un taxi ¿No les parece?
Me quede helada.
— ¡Claro! Pero yo recordé que tengo que ir comprar algo por lo que me demorare más ¡Pero lleva a Marinette a su cada u asegúrate de que llegue bien! —Lo señalo—Nos vemos mañana en la escuela.