"Contra las cuerdas"
Una expresión común mente usada para cuando una batalla, ya sea física o mental es perdida por una gran diferencia de fuerzas. ¿Qué hacer cuando alguien está contra las cuerdas? Muy sencillo, te rindes ¿Verdad?
Pues yo creo que no, sin importar cuán perdida este la situación se puede salir a flote.
—Jugar con rocas es aburrido. —Se quejo Volpina al ver que esta vez había esquivado su ataque con éxito, en eso Chat se levantaba.
—Bueno, lanzar objetos contundentes siempre es entretenido pero ¿Tienes una mejor idea? —Pregunto Evillustrador con interés.
— ¿Y si lanzamos dardos? —La emoción en su voz fue evidente.
— ¡Qué gran idea! —Alentó, rápidamente dibujo algo en su tableta y dos docenas de dardos aparecieron, unos naranjas y otros blancos—Quien incruste más dados en sus cuerpos gana, puedes lanzar tanto a LadyBug como Chat Noir.
¿Qué clase de juegos sádicos son estos?
— ¡Voy primero! —Canturreo Volpina.
—Adelante. —Evillustrador hizo una reverencia dándole paso.
Ella tomo sus dardos y los lanzo todos juntos, utilice mi yo-yo como escudo, finalmente Chat se levanto aun con la mano en su cabeza y se coloco detrás de mí para refugiarse de lo dardos, Evillustrador creó un muro de cristal delante de él lo suficientemente grande para que incluso Volpina pudiera resguardarse.
—Bueno, eso no te salió nada bien. —Se burlo de Volpina, esta hincho las mejillas y le dio la espalda— ¡Mi turno!
—Quiero ver que lo hagas mejor. —Susurro por lo bajo.
Y maldita sea sí que lo hizo mejor, lanzo con tanto fuerza que superando mi intento de escudo lo atravesaron impactando en mi mano y atravesándola desde el lateral hasta la palma, cuando Chat reacciono antes esto uno provoco un profundo rasguño en su mejilla. Se posiciono delante de mí mientras gritaba de dolor y miraba aquel puntiagudo objeto que se encontraba dentro de mi mano.
— ¡Maldita sea! —Gruño por lo bajo.
Y dedicándole una mirada desafiante a la pareja que intentaba matarnos me tomo en brazos para alejarse del lugar. Pude escuchar cómo nos seguían desde atrás, me aferre fuertemente a Chat, era aterrador escucharlos reír de esa manera, Nath, aquel chico lindo que me consoló en muchas ocasiones acaba de atravesar mi mano, junto con Lila, la egocéntrica y mentirosa pero nunca creí que pudiera intentar provocar daño fisco en alguien.
—Nos retiramos. —Anuncio, solo asentí en señal de aprobación. Cuando llegamos a la puerta no dudo en salir sin mirar atrás.
Sus risas dejaron de oírse y algo me dijo que dejaron de seguirnos, cuando con dificultad mire sobre el hombro de Chat pude apreciar como los dos se quedaron justo allí, sin poder salir de la escuela, la sonrisa que ambos me dedicaron hizo que un escalofrió me recorriera.
Al mirar mi alrededor me sorprendí, la noche había caído, pero yo no creí haber estado más de una hora dentro de ese lugar, incluso parecía como si el sol alumbrara, sin embargo eso era lo de menos, las calles eran un caos, podía apreciarse la destrucción provocada por los akumas, no había ni un alma alrededor, todo tenían miedo. Pude saberlo con solo recordar la sensación de esas sonrisa, seguramente cada habitante de París estaba refugiándose en sus casas en espera de que Chat Noir y LadyBug resolvieran el problema.
Lamento decepcionarlos.
—Quédate aquí y cura tus heridas, yo estaré unos techos más allá para vigilar la ciudad y de paso le daré un descanso Plagg, haz lo mismo con tu kwami—dijo en cuanto mis pies tocaron aquella pequeña terraza donde nos reunimos tantas veces, parase increíble todo lo que está sucediendo.
—También debo curar tus heridas. —Alegue al ver todos esos moretones.
—Nada de eso, alguien tiene que vigilar, tu eres la única que nos da una ventaja sobre ellos tienes que descansar. —Coloco sus manos en mis hombros.
— ¿Qué clase de ventaja puedo dar si no soy capaz de quitarles esos akumas? —Pregunte molesta haciéndole frente a su mirada. — ¡¿Si quiera me crees capaz de lograr algo en esta situación?! —Puse una mano en mi pecho e hizo un movimiento furioso con la otra. — ¡Ellos morirán si no los salvamos! ¡Por nuestra culpa!
Cuando termine mi respiración estaba agitada y acelerada mientras trataba de regularizarse. Chat en lugar de enojarse también o alentarme solo hizo algo, acaricio mi cabello y a continuación beso mi frente.
—Mari, se que estas asustada, también lo estoy, pero, salvemos a París juntos ¿Si? —Sus ojos verdes relucieron aun más con el brillo de la luna.
Mis ojos se cristalizaron mientras mi labio inferior tembló, me trague toda esa angustia y asentí.
—Buena chica. —Se burlo de mí acariciando mi cabeza como si fuera un perro.
Golpee su mano con la que tenia sana apartándola.
—Gato tonto.
— ¿Que es eso? — Pregunto mirando detrás de mí.
— ¿Que?
Cuando me gire tomo rápidamente mi mano y arranco el dardo, el grito que di fue tal que me sorprende que mis padres no se dieran cuenta, tal vez pensaron que era de alguien más.
Una vez que mis heridas estuvieron vendadas me recosté en la cama para intentar descansar tal y como Chat me lo había pedido, pero allí mismo ante los ojos de Tikki mientras ella trataba de consolarme llore sin poder evitarlo, algo me dijo que Adrien estaba haciendo lo mismo. París al borde de la destrucción, nuestros compañeros con sus vidas en juego, incluso todo lo que conocíamos colocaba su peso sobre nuestros hombros, y nosotros no podíamos hacer nada salvo intentar recuperarnos para el siguiente día.
Me alegraba saber que mis padres estaban bien, refugiándose en casa, justo el día del estreno salieron a abastecerse de harina, leche, huevos, azúcar y demás cosas para la panadería y llegaron antes de que nada pudiera pasarles.
Justifique mis herida diciendo que yo había salido pero en cambio si me encontré en medio del incidente. Realmente, realmente agradezco que ellos no se percataran de que no entre por la puerta, es más dijeron que hasta ese momento estuvieron buscándome ya que cuando llegue Alya les dijo muy preocupada sobre mi pequeño escape, ellos la llevaron a su casa y agregaron que hablaríamos de eso mañana, tuve que prometerles que no volvería a salir hasta que todo se resolviera.
Difícilmente habré dormido un poco más de dos horas, en cuanto el primer indicio de amanecer me levante.
—Bien Tikki, hoy es el día, pelear ganar o morir en el intento. —La mire con decisión.
— ¡No digas esas cosas! ¡Vamos a ganar! —Aseguro molesta.
— ¡Sí! Lo siento. —Aparte la vista, inspire profundo y volvi a mirarla—Ayúdame a salvar París, Tikki—le pedí mientras sonreía de forma cálida.
— ¿Qué podrías hacer sin mi? —Presumió un poco mientras nos dábamos nuestro poco convencional abrazo.
— ¡Bien! ¡Vamos! ¡Tikki, transfórmame!—Mire mi puerta-trampilla—Lo siento mamá y papá pero no puedo quedarme en casa como les prometí.
Llegue al tejado donde descansaba Adrien que estaba muy alerta mirando a lo lejano en dirección a la escuela, de inmediato al oírme se giro, suspiro aliviado al verificar mi presencia.
— ¿No es algo temprano? —Estaba preocupado, pero más me preocupan esas heridas sin tratar.
—Nunca es muy temprano o muy tarde para salvar las cosas que amas. —Conteste mientras una mano viajaba a mi cintura para parecer algo egocéntrica.
—Touché. —Asintió. —Entonces si me permites. —Su kwami negro el cual descansaba sobre su chaqueta en el suelo se despertó ante la orden de Adrien sin más remedio más que introducirse en el anillo— ¡Plagg, transfórmame!
Ambos miramos ahora en dirección a la escuela.
—Te amo. —Dijo Chat.
—Si, también te amo. —Respondí justo antes de comenzar nuestro viaje.
---//---
-Desaparece antes de que la maten-