"Errores".
Es lo que cometemos, todo el tiempo, a cada momento, en todo lugar. ¿Por qué? Porque somos humanos, tan simple y sencillo como eso. No hay nada más que explicar.
Son estúpidas acciones que comentes, muchas veces por no pensar antes de actuar, otras por pensarlo demasiado, algunas por el simple hecho de que suceden, pero siempre, siempre nos arrepentiremos de ellos, o no sería llamados "Errores" de ser así.
En el futuro probablemente ocurran dos cosas, querremos borrarlos y desaparecer cada parte de ellos... o recordarlos con cariño y decir gracias a eso estoy donde estoy.
Un error, otro más, volví a equivocarme y Adrien paga las consecuencias.
— ¿Qué voy a hacer Tikki? — Y ahí estaba esa pregunta a mi kwami, una pregunta que eh usado más de una vez últimamente.
—No te angusties Marinette, solo tenemos que buscar la manera de resolverlo y...—no pudo terminar la frase, fue interrumpida por mí.
— ¡Lo sacaron de la escuela! ¡Por mi culpa! —Mi voz salió áspera, demasiado áspera, por culpa de mi garganta la cual estaba cerrada por ese sentimiento de angustia y culpa.
— ¿Has hablado con él? —Intento darme otro enfoque.
—No...—baje las cejas al tiempo que negaba.
—Llámalo entonces, de ese modo podrás saber cómo se encuentra o si puedes hacer algo.
No era mala idea, de hecho era una idea genial, me lance sobre mi teléfono, este se encontraba a los pies de mi cama, busque aquel numero que aun no registraba y lo marque... un tono, dos tonos, tres tonos... seis tonos y finalmente buzón de voz.
—No responde. —La depresión volvía a engullirme.
— ¡Entonces ve a verlo! ¡Puedes hacerlo como LadyBug! —Se apresuro a decir.
Que Tikki intente animarme alentándome a hacer algo que ambas sabemos es abusar de mi poder hace que me pregunte "¿Qué tan mal estoy?" sonreí ante aquel pensamiento, Tikki está dejando de lado sus principios por mí.
—Te quiero mucho. —Delicadamente la tome entre mis manos y acercándola a mi pecho la abrace.
—Y yo a ti.
Esa tarde mis padres no estaban, lo cual agradecí y emprendí mi viaje hasta la casa de Adrien, espere y espere en su ventana la cual extrañamente estaba cerrada, tuve que regresar, dos horas más tarde repetí el proceso, tampoco estaba, volví unas tres veces más, tampoco lo encontré, hasta que, cuando eran alrededor de las 12 y tantas de la noche, pude verlo a través de su ventana, yo estuve unos tres minutos allí antes de que él entrara se quitara ese saco que lo hace ver como todo un joven adolescente de negocios y se arrojo de cara a su colchón.
Di unos cuantos golpecitos en su ventana mientras que con la otra mano me sostenía del yo-yo que estaba firmemente sujeto a una de de las salientes de metal que tenía esa gran casa, Adrien no escucho mi llamado, ahora lo golpee como si de una puerta se tratase.
Se levanto un poco sus parpados le pesaban, en cuanto me vio de un salto se levanto y corrió hasta la ventana, su cara de alegría hace que mi corazón lata con fuerza, en cuanto estuvo frente a mi apoyo su palma en el vidrio, la mire, imite su movimiento de esa manera podíamos fingir que nos tocábamos cuando no era así, lo siguiente que paso fue que sus labios comenzaron a moverse frenéticamente pero no pude oír una sola palabra, solo contemple como sus muecas iban de incomodadas, alegría, enojo a tristeza. Me dio algo de lástima que él hablara por unos diez minutos y al final cuando levanto sus cejas y sonrió de forma inocente esperando mi respuesta solo pudiera encogerme de hombros... pude haberle expresado antes que no lo oía pero... se veía tan lindo...