La ciudad era sencillamente hermosa, no por nada era llamada "La ciudad del amor" y es que ese sentimiento tan dulce, tierno, majestuoso, hasta deslumbrante en algunas ocasiones. Muchos confirmaran que no podía ser nada más que eso "Algo hermoso".
Estaba saltando de aquí para allá, sobre los tejados, tal y como lo haría Chat Noir, solo que de una manera algo diferente, ¿Qué era eso que había en mi mano?
No le di importancia, continúe haciéndolo, saltando con ayuda de ese extraño objeto similar a un yo-yo, no mejor dicho, con ese extraño yo-yo hasta que algo se atravesó en mi camino.
Chat Noir, me dedico una deslumbrante sonrisa, y por alguna razón cuando lo hizo mi corazón se acelero, de miedo.
Esa hermosa ciudad ahora se veía oscura y tétrica, "La ciudad del amor", no había mejor manera de describirla. Ya que el amor también es oscuro, mentiroso, posesivo y hasta letal en algunas ocasiones. Muchos confirmaran que no es nada más que "Horrible".
Con ese yo-yo trate de escapar de su presencia pero cuando tire de este para avanzar la cuerda se cortó y comencé a caer, Chat Noir estiro su mano pero a mitad de camino se quedo petrificado mientras inevitablemente el pavimento se volvía más y más próximo, cerré los ojos en espera del impacto.
— ¡¿Qué?! ¡¿Quién?! ¡¿Cuándo?! ¡¿Dónde?! —Mire en todas direcciones una y otra vez.
Me había caído de la cama, lo supe por el dolor de mi espalda y que mi trasero se encontraba frio, la alarma sonaba con su irritante "Bip,bip" Una vez tras otra.
— ¿Un sueño? —Me levante con pesar sobándome la espalda como pude.
Tome mi celular y apague la alarma. Debí desactivarla ayer, hoy no tenia clases y estoy despierta tan temprano por nada.
Baje y mis padres no estaban, al parecer entendían la panadería, desayune sola para después arreglarme y parecer una persona normal, ya arreglada baje a ver si mis padre necesitaban ayuda, y la respuesta era un rotundo "Sí" la panadería estaba abarrotada, el resto de la mañana me la pase ayudándolos.
—Ahora que tenemos menos clientes puedes dejarnos si quieres—papá me giño un ojo.
Tal vez estaban más permisivos esta mañana porque anoche llegaron con la noticia de que debía ir a consulta con el neurólogo. No tengo idea de porque se les metió eso en la cabeza, pero al fin y al cabo el lunes a primera hora debía estar allí.
—Entonces saldré con Alya.
Si estaban permisivos no iba a desaprovechar la oportunidad, busque su número en mis contactos y la llame.
— ¿Alya? —Pregunte al escuchar que atendían del otro lado.
—No, soy Nino, Alya fue al baño ¿Quieres esperar a que vuelva o llamas más tarde?
¿Está con Nino? Una sonrisa traviesa se cruzo por mis labios.
—Oh, no es nada Nino, me equivoque, iba a pedirle algo que creí haber dejado en su casa pero aquí esta—trate de fingir lo mejor posible—Perdón por llamar ¡Oh! Y no le digas que lo hice ¡Estaré ocupada! Hasta luego. —Colgué sin darle tiempo a responder.
¡Alya y Nino! ¡Había olvidado que esos dos están prácticamente juntos! Di un par de brinquitos, apuesto a que están en una cita, deben verse realmente bien juntos y...
¿Enamorados? ¿Amor? Un escalofrió me recorrió al recordar aquel extraño sueño. Lo más extraño es que Chat Noir estaba en él ¿Qué significara? Mis hombros se levantaron un poco y deje escapar un diminuto sonido similar a una risa, ¿Qué puede significar? Nada, él simplemente es molesto y por eso mi cabeza lo involucra hasta en mis sueños.