Siempre he sabido que mi vida no me pertenece, de hecho puedo llegar a decir que me había hecho a esa idea, estaba preparado para condenarme a un futuro planeado por alguien más, pero entonces llego Plagg, My Lady y finalmente Marinette.
¿Qué debía hacer? Una vez más mi padre ponía sobre mí el peso de una decisión tomada sin consultare porque según él "Es lo mejor para mi" ¡Y una mierda! ¿Lo mejor para mí? Qué cosas tan hipócritas salen de su boca, todo lo que quiere es una mayor publicidad para su nueva colección... aunque le dije que tenía novia... pero... yo, yo no pude revelarme.
Cuando me mira de esa forma, no puedo contradecirle, esos ojos fríos que no parecen los de un padre me hielan la sangre, probablemente si le llevara la contraria no volvería si quiera a mirarme.
Yo, de verdad deseo que él se interese por mí, en el pasado no me importaba que usara mi vida si eso lo hacía feliz, ya que aunque muy rara vez me regalaba unas palabras de aprecio... pero ahora.
— ¡¿Por qué tengo que estar encerrado?! —Puse ambas manos sobre la mesa irritado.
—Me desobedeciste, creí que te lo había dicho, si la señorita Rossi se molestaba contigo al punto de poder llegar a arruinar el lanzamiento te castigaría. —Contesto como si nada sin levantar la mirada.
Es cierto, luego de la aparición de Marinette Lila salió corriendo y no pude alcanzar... es mi culpa, por no explicarle a Marinette las circunstancias las cosas salieron de esta manera.
Pero al mismo tiempo no quería hacerlo, ella seguramente se preocuparía demasiado y tal vez hasta quisiera romper conmigo para no darme problemas, ¡Odio y amo ese espíritu considerado!
— ¡Padre tengo a todos mis amigos en ese lugar! Por favor déjame asistir a la escuela. —Insistí.
—Es eso... o... ¿Sera que quieres escaparte cuando estés allí para verte con LadyBug? —Por primera vez durante toda la conversación me miro y solo fue para dedicarme una mirada perspicaz.
— ¿Lila te dijo?
—Tenía mis sospechas... ella solo las confirmo, supongo que entenderás porque desapruebo esa relación, LadyBug es la heroína de París y tú te convertirías en blanco de quien sabe que gente si llegas a tener un relación más profunda de la que ya tienes y llega a saberse. No dejare que mi preciado hijo corra esos riesgos por un amo de pubertad.
Profundo y doloroso sentimiento recorrió todo mi cuerpo, sí, yo antes hubiera hecho lo que fuera por este sujeto, por una mirada de aprecio, por un abrazo... por cualquier muestra de cariño.
—"Preciado hijo" —me burle con asco citando sus palabras, volvió a fijar sus ojos en mí, pero esta vez en su habitual forma fría—Un padre como tú no tiene derecho a decir cosas como esas, obligándome a hacer todo esto, aun cuando sabes que no lo deseo... dime ¿Qué tanto quieres arrastrar mi espíritu por el fango hasta sentirte conforme? ¿Cuántos candados le pondrás a mi alma para estar satisfecho? Es que acaso ¿Si quiera soy algo más que un adorno en esta enorme casa tuya? —Mi voz temblaba, debí haber parecido un desquiciado al tratar de mantener una sonrisa mientras mi rostro se deformaba por el odio.
— ¡Soy tu padre no te atrevas a hablarme de esa manera! —Se levanto de su asiento.
—Ya no te veo como mi padre. —Lo desafié.
Y fue entonces cuando levanto su mano y la golpeo con toda su fuerza, pude haberlo esquivado, pero quería que me golpeara, con todas sus fuerzas, y que más tarde se arrepintiera de ello, por dañar el rostro de su "preciado objeto", porque esas fueron las palabras que debió usar.
— ¡Si me vuelves a desobedecer te enviare a estudiar al extranjero! —Grito, y supe que hablaba enserio.
Fue cuando tuve que acatar todas sus indicaciones.
Marinette vino a visitarme una vez más, fue un alivio verla, me sentía muy solo sin ella.
Claro que nunca lo estuve si hablamos técnicamente, siempre hay alguien vigilándome, o estaba en una aburrida reunión con mi padre, o debía soportar a Lila, o sencillamente andar con Nathalie, quien me informo el hecho de que muy pronto pondrían cámaras de seguridad, al parecer mi padre no confía para nada en mi.
No lo culpo, en cuanto tenga oportunidad escapare.
Pero eso no será cuando este solo, donde tú puedas perseguirme y atraparme, será delante de todo París, cuando menos te lo esperes, solo en ese momento tendré una oportunidad.
Y de hecho así fue, justo cuando todo París o quizá toda Francia tenia puestos sus ojos en mi como ya había planeado llego la hora de escapar del control de mi padre.
—Hola, es un placer verlos, hoy quiero darles las gracias a mi padre por ser quien es y permitirme modelar estos fantásticos diseños, es una lástima que yo no quiera ser modelo. —Eso es padre, mira como tu hijo ya no seguí tus órdenes. —Es más ni si quiera quería estar aquí hoy, pero no tuve elección. —Porque prácticamente estaba secuestrado de una manera legal. —De hecho nunca la tengo. —Mire a mi padre, este se precipito hacia mi intentando quitarme el micrófono, di un paso hacia atrás y paso de largo. —Sin embargo no quería comentarles esto, sino desmentir algo, la señorita Lila Rossi aquí presente no es mi novia ¡El nombre de mi novia es Marinette Dupain-Cheng!—Lila me miro horrorizada, lo siento cariño, eres guapa y todo pero nunca seras mi tipo. Vi como mi padre hacía señas a los guardias, tendré que cortar el discurso. —Ella es hermosa, inteligente, dulce, torpe, amable y muchas cosas más pero no me bastaría ni el resto de la tarde para terminar de describirla—Queria presumirla delante de todos ¡Ella es mi novia! No de alguien más, ¡Mía! La mujer de mis sueños. — ¡Marinette si estás viendo esto la espera termina aquí! —Hable directo a la cámara feliz de finalmente poder decirle algo aunque sea indirectamente, por fin nos reuiniriamos. —Eso es todo, gracias. —Cuando solté el micrófono este cayó al suelo haciendo un estridente ruido afligiendo a los oídos de todos en el lugar.
Pude ver a los guardias correr hacia mí, suspire, como si pudieran atraparme, con un salto mortal pude esquivarlos, me burle de ellos mostrándoles mi dedo medio mientras les enseñaba mi lengua, ¡Genial! Por fin, por fin puedo ser libre.
¡Al diablo aquel bonito canario! Seré yo y solo yo ¡No volveré a dejar que me encierres en esa jaula de oro padre!
Cuando otro guardia intento atraparme me deslice entre sus piernas y corrí escapando del lugar, una sonrisa invadió mi rostro al escuchar todos esos murmullos de incredulidad.
Mientras corría por las calles de París la gente volteaba a verme, si no vieron la transmisión es porque debe resultarles raro ver a un joven con traje corriendo desesperado.
Finalmente pude verla al otro lado de la calle, ambos corrimos hasta la esquina, al fijarme bien note que fue el mismo lugar de su accidente.
"Esto debe ser el destino" pensé.
— ¡Marinette! —Grite su nombre con alegría.
— ¡Adrien! —Ella hizo lo mismo.
Hicimos el amago de intentar cruzar la calle para reunirnos cuando una colonia de akumas cruzo delante de nosotros. Seguido a eso los gritos de las personas asustadas.
—El deber llama. —Mencione con una sonrisa.
Supongo que Chat Noir y LadyBug se reunirán antes que nosotros.
Si tan solo lo hubiera sabido no habría sido tan imprudente.
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¡Volví! Estoy tan malditamente feliz, las extrañe tanto.
Créditos de la nueva portada a:
@sheikaYamileth
