Capítulo 2 - El Contador con el que cuentan

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Martes

--- Thomas ---

¿Sería aquello un sueño?

Recuerdo claramente las palabras de Queen al empezar Bohemian Rhapsody: "¿Es esto la vida real? ¿O es solo fantasía?". Aún no lo sé, no lo entiendo.

Tercer día de trabajo después del incidente. ¿Por qué Jhon me mostró esto a mí y no a otra persona? ¿Por qué acepté tan tranquilamente? ¿Por qué sigo en la empresa y no he enloquecido?

Quizás ya enloquecí lo suficiente, pero digamos que mi vida no ha sido del todo cuerda...

"‒ Thomas Joseph Wolfpaw, es solo un sueño, ¡No tienes por qué hacer tanto ruido al respecto!

‒ ¡Pero yo lo vi! Estaba ahí, mirándome sin más desde el rincón de mi cuarto.

‒ Thomas, creo que necesitas ayuda. ‒"

Y así ha sido. Primero el psicólogo, luego el psiquiatra. Desde mis 10 años hasta que cumplí la mayoría de edad. Creían que estaba loco. Antes de ese "episodio" había vivido muchos más, que terminaban en mi madre durmiendo a mi lado. Pensaban que había algo chueco en mi cabeza, destruyendo el conocimiento que desarrollaba cada día con todo lo que en mis libros absorbía. Creían que tenía esquizofrenia o paranoia, que inventaba cosas y era un mitómano. Nunca supe bien qué era.

Pero no fue así. O bueno, quizás algo si destruyó mi mente, el psiquiatra con pastillas y medicamentos que me "transformaban en una persona normal". Dejé de ver todo, dejé de sentir con los libros, me sumergí en los números. Y bueno, aquí estoy siendo un contador más como mi padre, mi abuelo, y quién sabe cuántas generaciones más hacia atrás, según mamá.

¿Será que desde que dejé las pastillas estoy recuperando alguna especie de extraña habilidad que tenía dormida desde ese entonces?

La noche se hizo larga. Hice cuentas y cuentas, se me empezó a hacer un poco aburridor. Saqué un libro, uno de esos que después del tratamiento ya no me emocionaban tanto. La historia de un intrépido explorador de mundos cuya nave se estrella en un planeta llamado Ledo, donde las emociones cambiaban tu forma de ver el mundo y lo acomodaban a tu sentir. Me emocioné al saberlo perdido en una tormenta. Espera, ¿Me emocioné?

Así fue. De alguna forma, después del episodio de "aracnofobia" del domingo anterior, siento de nuevo. ¿Era eso lo que Jhon buscaba? ¿Que sintiera?

‒ Te noto muy sumergido en tu libro. ¿Está bueno? ‒

Jhon se me apareció por detrás. ¿De nuevo? Esta vez no sería con tanto misterio.

‒ Oh, Jhon, esta vez tengo muchas preguntas y espero que las conteste todas y cada una.

‒ Si, si, procedimiento de rutina, aún no crees lo que pasó, ¿Me equivoco?

‒ ¿Cómo se supone que acepte que tres personas que nunca había visto en la empresa, entraran por una compuerta a una historia en una pantalla donde habían armas y arañas gigantes? ¡Es una locura!

‒ Locura la que te diagnosticó el psiquiatra hace más de diez años. ‒ ¿Qué? ¿Cómo sabía eso?

‒ Eso es algo más, ¿Cómo saben cada parte de mi infancia y cada sueño que he tenido desde que trabajo? ‒

Caminamos hasta la oficina oculta bajo las instalaciones de D.G.S.A.

‒ Eso mi querido amigo Thomas, es algo que realizamos con cada persona que va a entrar a esta empresa. Si te digo que somos una "Sociedad Anónima" en este caso de verdad lo somos. No cualquiera puede entrar a trabajar aquí. Contadores hay muchos, ¿Qué cree que lo pudo hacer especial a usted?

D.G.S.A.: La Guardia de los Sueños (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora