Capítulo 7 - Fobos y Déimos

341 18 9
                                    

--- Thomas ---

Se había ido. Solo quedaba allí su arma, y el atrapa-sueños que me había regalado. Susurré ‒ Debo seguir tu tarea ‒ Casi para mí exclusivamente, y permanecí inmóvil y en silencio por un momento más.

Lila corrió hacia mí y me sacó del shock con una leve palmada en mi rostro.

‒ ¡Thomas! ¡Vuelve!

‒ ¿Qué?

‒ Lucy está en estos momentos con las dos bestias. ¿Qué información nos traías?

‒ ¿Información? Oh, sí. Información. Las criaturas que regeneran sus cabezas tienen un punto débil en el corazón. Pero debe ser destruido por completo, algo como el fuego o el ácido podría servir.

‒ ¿Y cómo pretendes que obtengamos fuego?

‒ Ese es el problema. ‒

En ese momento Lila recibió una comunicación de Lucy. Se dirigía hacia el claro donde estábamos. Daisy estaba aún algo ida. Pero su rostro mostraba resignación en vez de tristeza.

‒ Daisy, ¿Estás bien?

‒ Algo, supongo.

‒ Necesitamos tu ayuda ‒ Objetó Lila

‒ Ya se fue uno. Moriremos todos. ¿Qué ayuda necesitan? ¿No se supone que son ángeles?

‒ Sí, pero hasta los ángeles pueden ir al infierno. ‒

Con esa frase Daisy recobró algo de su cordura y se puso en pie. Trató de relajarse como le dijo Lila en un principio. La dimensión se mantuvo igual, pero ahora ella parecía en mejor estado.

‒ Tienen razón. No puedo permitir que nadie más muera en mi sueño. ¿Qué hago?

‒ Un lanza-llamas nos sería bastante útil ‒ Acoté.

‒ No es tan fácil Thom. Necesita un medio por el cual materializarse, al menos así es cuando la soñadora no controla la dimensión.

‒ Necesitamos una Imagun entonces. ‒

Daisy caminó hasta el lugar donde estaba la mancha de sangre que Leo había dejado anteriormente. Tomó un par de los objetos que allí yacían, y los trajo.

‒ ¿Esto sirve?

< Lila, ya estoy cerca, tengan cuidado> ‒ Se escuchó Lucy a través del transmisor.

‒ Sí, eso sirve. Thom, tendrás que hacer la invocación de arma tú mismo porque yo ya no puedo hacerlo.

‒ ¿Y cómo se hace eso?

‒ Usa la oración que te entregaré y la Imagun de Leo. Supongo que por ahora te pertenecerá.

‒ ¿Y si no soy elegido para esto?

‒ Lo serás, ya sobreviviste al portón.

‒ ¿Qué portón? ‒ Por un momento nos olvidamos de que Daisy estaba escuchando todo y su insaciable curiosidad atacó.

‒ Ehm, el portón por el cual los ángeles visitan tus sueños...

‒ Esto cada vez está más loco. Si no fuera mi sueño diría que estoy loca, o que me vigilan de alguna forma desde alguna parte del mundo. ‒ Lila y yo reímos nerviosamente.

Leí la oración y la traté de memorizar. Tomé la Imagun y la sostuve entre mis manos un momento, respiré profundo y la apunté hacia el cielo.

La fobia consume, el terror absorbe. Soñar salva vidas, y las llena de energía. Contra el cortante frío de la humanidad yo uso mis palabras, como haces de luz que atraviesan la oscuridad de las noches macabras. ‒

D.G.S.A.: La Guardia de los Sueños (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora