Capítulo 22 ‒ Lila y Lucy

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Sábado

--- Thomas ---

Desde que llegamos a la sección, Daisy y yo notamos raras a las muchachas. Todo era más silencioso y el pequeño equipo que sobrevivió al recorte de personal trabajaba bajo el exclusivo sonido de las máquinas encendidas. Nadie decía mucho.

‒ ¡Hola Lucy!

‒ Thomas.

‒ ¿Qué pasa?

‒ Noche difícil, se tuvo que clausurar un sueño.

‒ ¿Clausurar? ¿Cómo?

‒ Cuando un sueño se sale de control, para evitar problemas, se clausura. Se envía una onda al cerebro de quien está soñando y esta persona obtiene a cambio un ciclo de sueño más pesado, para evitar que esté suficiente tiempo en R.E.M. como para generar un escenario de pesadillas.

‒ Entendí la mitad, pero vaya, debe ser difícil.

‒ A pesar de que el sueño es "Más pesado", la persona no vuelve a descansar tan bien como antes. Casi nunca se hace esto.

‒ ¿Tan grave fue la situación ayer?

‒ Lila resultó herida.

‒ ¿Pero está bien?

‒ Supongo.

‒ ¡T.J.! ‒ Daisy corrió a saludarme efusivamente.

‒ Daisy, ¿cómo sigues?

‒ Mucho mejor. ¿Todo bien en nuestra ausencia, Lu?

‒ Podría estar mejor, pero al menos estamos vivos.

‒ Oh, eso no suena nada feliz.

‒ ¿Y Lila?

‒ No lo sé, ¿Lucy?

‒ Lila se quedó en casa, recuperándose. No sé qué le pasa, ha estado algo complicada, y prefirió no venir si yo venía.

‒ ¡No me esperaste! ‒ La voz de Lila cortó la habitación. Un poco desarreglada y despeinada, con un bolso en la mano, caminó hacia nosotros frenéticamente.

‒ ¿Que yo no qué? Agh, Li, me dijiste que no vendrías hoy...

‒ ¡Te dije que no quería verte!

‒ Y yo interpreté que no vendrías.

‒ ¿Qué pasa aquí? ‒ Pregunté

‒ ¡Es Lucy! ¡No me la soporto! Todo el tiempo organizando todo, con sus ideas perfectas y sus esquemas.

‒ ¿Yo qué? ¡Desde el recorte de personal no has hecho sino dejar desorden por donde pasas! ¡Pareces viviendo entre la basura!

‒ ¡Pues si no te gusta, deberías limpiar más! ¿No lo disfrutas tanto?

‒ ¡Se supone que vivimos juntas! ‒ La conversación se tornaba más y más personal. Daisy se alejó lentamente con un rostro pálido y anonadado. Yo solo me quedé por si se ponía feo. Admito que tenía algo de curiosidad de saber qué más pasaba.

‒ ¿Y eso qué tiene?

‒ ¡QUE TÚ TAMBIÉN DEBES HACER COSAS EN CASA!

‒ ¿Y SI YO VEO LA CASA LIMPIA?

‒ ¡AGH NO TE SOPORTO LILA!

‒ ¡QUÉ BUENO QUE SEA RECÍPROCO! ‒

La conversación se cortó drásticamente y se alejaron. La mitad de los empleados de la sección observaron la escena que terminó con un incómodo silencio.

D.G.S.A.: La Guardia de los Sueños (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora