D.G.S.A.: La Guardia de los Sueños (Completa)

Capítulo 30 ‒ No más sueños

Jueves en la noche.

--- Lucy ---

Dolor y sufrimiento. Solo podía sentir eso en mi pecho después de todo lo vivido el día anterior. Lila miraba por la ventana del apartamento con un café caliente entre sus manos, buscando confort para el frío que tenía su alma ahora mismo. Yo solo me arrebujaba entre las cobijas buscando comodidad y calidez. Aún no podía asimilar la pérdida de la noche anterior:

Una explosión nos recibió al bajar a la sección luego del entrenamiento, mientras Thomas y Daisy estaban en Oniria. Bajamos rápidamente y lo que vimos era aterrador. Dos de los asistentes de Ensueño muertos entre los escombros de los cubículos. El cuerpo de Cup, que dábamos por perdido, totalmente rostizado, identificable únicamente por los elementos metálicos que lo rodeaban y la moderna prótesis de pierna que se había construido él mismo. Jack de pie en las escalas al principio del recinto viendo con el cabello medio quemado, los hombros cáidos y el gabán lleno de polvo, cómo el Ensoñador había quedado totalmente destrozado. Thomas y Daisy con quemaduras y casi desnudos entre los escombros.

‒ Lo siento mucho ‒ Decía Jack, viendo a Jhon inconsciente a sus pies. ‒ Lo siento muchísimo... ‒

Bajamos hasta donde Jack, quien nos miró en silencio y luego caminó lentamente las escaleras.

‒ ¿Jack? ¿A dónde vas? ‒ Lila lo cuestionó mientras trataba de despertar a Jhon.

‒ No puedo hacer mucho más ahora mismo. ‒ Seguía caminando como si nada hubiera pasado, hacia la salida. ‒ Deberían irse tan pronto como puedan. ‒

Nos estaba abandonando. El jefe, el que nos levantó, el que nos ayudó de entre el horror y las cenizas de nuestras vidas, tiraba la toalla. ¿Un trauma? Tal vez. Seguramente estaba en shock y no podía asimilar lo que habría pasado con el proyecto al que le llevaba tantos años de dedicación.

‒ ¡Jack! ¡No te puedes ir así! ‒ Le grité. ‒ ¡No es justo!

‒ Nada es justo, por lo que veo. ‒

El silencio se hizo terrible. Lila lloraba en silencio mientras arrastraba los cuerpos aún vivos de Thom y Dai junto al de Jhon. Chloe entró en la escena y se tapó el rostro que se le desfiguró del horror. Corrió donde Cup, lo miró con la vista totalmente perdida, y luego de despedirse de él, nos miró.

‒ ¿Qué hacemos?

‒ Jhon, Thom y Dai están vivos. ‒ Acotó Lila ‒ Lo mejor es llevarlos pronto a un hospital y que se recuperen. Todo lo que pase aquí queda totalmente clausurado.

‒ No podemos ir al hospital a decir nada. ¿Qué les vamos a decir?

‒ Podemos decir que hubo un gran incendio y ya. ¿Qué pasaría con Cup? ‒ Chloe estaba todavía alterada, pero trataba de mantener la compostura. Era más la tristeza que el horror.

‒ Tendremos que preguntarles cuando despierten. No hay más Ensoñador. Las demás secciones no trabajaban de esta forma. Se perdieron muchas cosas de los avances logrados.

‒ Lucy, eso es lo de menos. Hoy hemos perdido a muchos. Vámonos pronto, antes de que aparezca el gobierno y nos quite lo poco que nos queda. ‒

Lila tenía razón. Había que huir. Cada una de las tres tomó uno de los cuerpos inconscientes y los cargamos a la salida, al auto de Chloe. Mientras salíamos a la autopista, vimos varias patrullas, un auto negro y un camión con algunos soldados ir en dirección a D.G.S.A.

Clausurarían el laboratorio. Jack nos había abandonado. No más Oniria, no más Efialtra. No más sueños.

Dejamos a Thom y Dai con Chloe en el hospital, y nos fuimos a dormir. Chloe se reportó una hora después, diciendo que estarían bien, pero que debían salir de allí en menos de 2 días o el gobierno podría encontrarles. Ideamos un plan para sacarles y ponerlos en recuperación aquí, en nuestro apartamento.