Capitulo 35

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Ya luego de bañarme por unos largos veinte minutos, a causa de eso tener los dedos arrugados de pies y manos. Es gracioso y siempre e pensado que parezco una abuelita con manos y pies así. 

A causa de eso una risilla brota de mis labios. Una risa tonta, lose, es algo sin sentido. No es mi culpa que mis dedos estén así.

Las gotas que quedaron en mi cuerpo recorren la superficie de esta en dirección al piso y terminan desapareciendo. Agarro la toalla que se encuentra al costado de el lavamanos y empiezo a secar cada parte de mi cuerpo y luego mi cabello.

Termino aquello y envuelvo la toalla alrededor de mi cuerpo cubriendo mis pechos. Salgo de el baño y voy directo a el closet de madera oscura que se encuentra a uno de los extremos de la habitación.

Escojo una camiseta de color entre un rosa y un violeta. Es una combinación rara, pero es como veo a la camiseta. No soy muy buena distinguiendo como es cada color ¡Bien!. No puedo hacer nada. Luego, un jeand oscuro tiro alto. Un conjunto de ropa interior blanca y listo, me coloco cada prenda.

La camiseta me queda grande pero es como me gusta.

Me miro en el espejo que se encuentra pegado a la pared y agarro el peine que esta en la mesita de noche y comienzo a desenredar cada nudo que tengo en el cabello.

Los párpados me pesan. El sueño se esta apoderando de mi. Sera mejor dormir. Vuelvo en dirección a mi cama camino unos pasos y me lanzo como una partera por cazar su presa rindiendome ante el sueño y cayendo en los brazos de morfeo.
Seria bueno ir a la casa de Hannah necesito contarle lo que paso luego de ese improviso en el colegio.

Se va a poner muy histérica pero no pierdo nada con intentarlo.

Pero sera mañana porque el sueño ya termino de apoderarse en mi.

***

Luego de avisarles a mis padres que iba a salir y escuchar su discurso de que vuelva temprano y que tenga demasiado cuidado. Asiento a cada cosa que decían para dejarlos tranquilos.

Parece que hoy tampoco iban a trabajaran porque no tenían su usual ropa de trabajo. También porque ya son pasadas de las cinco de la tarde. Raro en ellos.

Solo faltan algunas calles para llegar a mi destino y poder soltar todas mis palabras que están atoradas en mi garganta y necesitan salir, ahora.

Sin yo darme cuenta ya estoy solo a algunos pasos de la puerta de la casa de Hannah. Termino de acortar esos pasos y me decido por tocar tres veces a la puerta y ser atendida por alguien.

Solo espero que Hannah este en su casa.

Minutos de esperar impaciente a que alguien abra, por la puerta aparece el cuerpo femenino de Hannah. Veo en su rostro una expresión que no logro comprender en este momento.

Antes que estaba mi sonrisa de que por fin habían abierto se empieza a desvanecer y la remplaza por una mueca de confusión.

Algo pasa.

Cuando se da cuenta que a quien tiene en frente me doy cuenta que aquella expresión indecifrada por mi, cambio drásticamente por una de nerviosismo.

-¡Hola!-saludo animadamente, se queda petrificada y no recibo su saludo nuevamente

De verdad me esta entrando pánico en este momento.

Chasqueo mis dedos delante de ella para que reaccione. Al tercer chasquido ella reacciona moviendo su cabeza de lado a lado despertando.

-Hola-sonríe forzadamente-¿Que haces aquí?-pregunta todavía con nerviosismo

-Ahora no puedo visitar a una amiga-arqueo una ceja

-claro que pue...-no termina porque yo termino esquivándola para entrar dentro de la casa

La misma casa que desde un principio me pareció muy bonito. Empiezo a subir las escaleras y de fondo escucho los gritos de Hannah diciendo que pare y yo solo suelto una carcajada.

No puede haber nada malo en su habitación...quizás...nada. La mente mal pensada vive en mi.

Llego a la habitación suya y la abro de golpe. Me quedo en shock al ver algo que menos pensé que iba a estar.

-Aline yo...-levanto mi mano haciéndola callar ella entiende mi movimiento y se calla enseguida

El me mira sorprendido. Yo estoy igual no pensé que me encontraría con el ahora.

Estoy nerviosa diría yo. Mas de lo que quisiera decir. Pensé que podía hablar y pedir una explicación. Pero el nudo en mi garganta crece dejándome sin poder hablar. Algunas veces odio ser débil a las situaciones así. Mas que nada porque soy yo la que se tiene que enfrentar a la situación y ponerle punto final a todo esto. El punto final decisivo que dice como queda todo esto después de mi decisión. El nudo no se va, pero hay que hacerlo.

Mejor sera hablar.

Es ahora o nunca.

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Espero que les guste :)

¡Gracias por leer!

Besos de todo corazón :*

Mecatmehome-

No creo en el ¡AMOR!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora