Capitulo 6: "Basta de huir"

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¿Cuantos lunares puede tener un hombre en la espalda?

¿Cuantos lunares puede tener un hombre en la espalda?

—¿Quieres un poco de vino?

Se me hacía difícil contarlos sin perder la cuenta, eso era algo que en verdad me gustaba, su espalda era como una galaxia llena de incontables estrellas.

—Si.

Se movió dentro de la cocina hasta alcanzar dos copas y una botella, sirvió y me la entrego con una sonrisa.

—No soy un chef, pero puedo asegurarte que no cocino nada mal —rio.

Después de lo sucedido hace un rato abajo, la cordura regreso a mí y me separe nerviosa, él solo tomo mi mano y me trajo hasta su departamento. Lo que aún no llegaba a comprender era ¿Porque se había sacado la camisa para cocinar? Me había estado regalando una linda vista de su tonificada y marcada espalda. Creo que tengo un fetiche con ellas porque me logran enloquecer.

—Cocinar no es lo mío, así que seguro lo haces mejor que yo.

—Tal vez te pueda enseñar un par de cosas sirena —dijo al mismo tiempo que guiñaba su ojo con una sonrisa de medio lado.

Apagó la cocina y sirvió en dos platos blancos la comida. Se veía delicioso, a decir verdad.

—Fuiste modesto al decir que no cocinas nada mal —se sentó frente a mí— esto se ve y huele muy bien.

—Espero que sepa igual.

Había preparado una pasta en salsa blanca con champiñones, lo cual combinaba perfectamente con el vino que escogió.

Era tan diferente a las cenas que yo estaba acostumbrada a comer, normalmente preparaba un sándwich o una ensalada que fuese súper rápida.

—¿Vas a comer sin camisa? —pregunte curiosa— Ni siquiera sé porque cocinaste sin ella.

—Me da calor —alzo los hombros y se puso una que estaba en la silla.

Tome el primer bocado y lo lleve a mi boca, abrí los ojos sorprendida, sabía mucho más delicioso de lo que había pensado.

—¿Te gusto?

—Mucho.

Seguimos comiendo en un silencio para nada incomodo, supongo que tuvo que hacer un gran esfuerzo para quedarse así.

Dio un sorbo a su copa y se quedó mirándome.

—Deja de verme así —dije un poco incomoda.

—¿Así como?

—Fijamente.

—Se mantuvo pensativo unos segundos— ¿Porque regresaste? —alce la mirada y él me observaba con intriga.

—Supe lo que paso con tu padre.

—Dijiste que no te interesaba.

—Lose, pero se lo que es tener a alguien que quieres en ese estado.

—¿Cáncer? —pregunto refiriéndose a la persona con la que me identificaba.

—Leucemia.

Asintió y miro su plato vacío. Note como trata de mostrarse fuerte y optimista, pero estaba mal.

¿Debía decirle algo?

—Connor... —me interrumpió.

—Mi papa fue diagnosticado con tuberculosis hace dos años, él trata de fingir que no pasa nada, pero cada vez está peor, no se merece esto, es un buen hombre, siempre lo ha sido.

Mi Razón para VivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora