Desperté al sentir la puerta abrirse, Connor se acercó a mí con un vaso de agua y un par de pastillas. Sentía la garganta seca y mi cabeza doler un poco.
—¿Cómo te sientes? —preguntó con una mueca en sus labios.
Aclare mi garganta y me acomode en la cama.
—Bien, gracias.
Me observó, de nuevo de esa manera fija y penetrante, como si quiera obtener todo lo que pudiese de mi con esa mirada, más allá de ponerme incomoda me hacía sentir nerviosa ¿Qué es lo que él veía? ¿Porque su empeño en descubrirme?
—Tu ropa está ahí —señalo donde estuvo dormido toda la noche—, te dejare para que te cambies.
Salió cerrando la puerta. Me levante y solo hasta ahora note lo que tenía puesto, una camisa en donde podrían caber unas tres yo y tal vez una Mia y un bóxer azul que me quedaba grande también.
Tomé mi ropa y me vestí para luego ir al baño, higienizarme y salir al living. Lo conseguí cocinando mientras movía su cabeza al compás de la música que sonaba.
—Connor.
Se volteo a verme y sonrió, apago la cocina y se acercó a mí.
—¿Sucede algo sirena?
—Solo quería agradecerte de nuevo por haberme ayudado. Actuaste justo a tiempo, no tienes idea de lo mal que me pongo por una abeja —dije haciendo una mueca de miedo.
—rió— No fue nada, estaba asustado, pero se manejar esas cosas —dijo levantando los hombros—. Prepare huevos con tocino —sonrió.
Asentí en silencio y él sirvió nuestra comida, casi dejo escapar un gemido al saborear aquello porque, uno, no suelo preparar nada que me tome más de cinco minutos, y dos, sabia más delicioso de lo normal.
Fruncí el ceño y lo vi unos segundos.
—¿Cómo es que desperté con otra ropa?
Soltó una risita nerviosa y note como sus mejillas se iban sonrojando.
—Estabas toda mojada y si te acostaba así te daría un resfriado, así que te la cambie por un camisa de mi papa que tenía guardada y un bóxer mío —su sonrojo aumento—, prometo que vi y toque lo menos posible Liz.
—No me digas Liz —dije seria— no me gusta y me resulta incómodo, ya te lo dije.
—Está bien, lo siento sirena.
—Tranquilo. Creó que deberías llevarme a casa.
Rodó los ojos y se levantó, tomo mi mano y de un jalón hizo que me pusiera de pie. Quedamos levemente cerca mirándonos fijamente hasta que aparte la vista.
—Tú me debes una explicación y la quiero escuchar.
—Lose, te diré lo necesario cuando estemos allá, así te podre explicar mejor.
Sonrió y dijo que estaba de acuerdo. La verdad es que no sabía con exactitud que debería decirle. Lo ayude a recoger y aunque se negó muchas veces, gane la disputa de ¿Quién lava los platos? Al terminar sequé mis manos y lo vi salir de su habitación ya cambiado con un suéter azul, unos jeans y un gorro de lana que cubría sus orejas.
Salimos de su apartamento y condujo hacia el mío mientras me contaba en resumen lo que hizo este tiempo en el que no nos vimos, yo me mantuve en silencio, asentía y le daba leves sonrisas para que siguiera hablando. En mi interior solo podía pensar en lo que pasaría al llegar.
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Mi Razón para Vivir
Teen FictionSiempre fui una chica muy correcta, enfocada en el futuro, pero nunca pensando ni disfrutando el presente. ¿Amor? No, eso era solo una distracción; ¿Amigos? No gracias, no entendia cual era el desespero que tenian todos en tener personas quienes sol...