Capitulo 7: "¿Amiga?"

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El profesor había salido a la coordinación hace unos momentos, yo permanecía sentada en mi puesto esperando la hora de salir. Todos charlaban y reían de bromas inmaduras y estúpidas, la mayoría ni siquiera daban risa, para mí era solo una forma de ser parte de un circulo de personas que aparentan frente a todos para que los conozcan y crean importantes.

Una chica se sentó junto a mí, al verla recordé que fue la misma con la que hice aquel proyecto, Mia era su nombre.

—Son tan estúpidos a veces —me dijo volteando los ojos.

—Completamente.

—No eres muy habladora ¿Cierto? Muy pocas veces intervienes en clases, y aun así sacas las mejores calificaciones.

—Soy buena estudiando supongo.

—Yo soy un asco, lo intento, pero simplemente la información no se guarda en mi cerebro.

Asentí mientras trazaba algunas líneas en mi cuaderno.

—Oye, en un par de meses es mi cumpleaños, daré una fiesta en mi casa ¿Te gustaría ir? —me pregunto animada.

—No me gustan las fiestas.

Hizo una mueca de sorpresa y negó con la cabeza.

—¿Cómo es eso posible? ¡Vamos! Son divertidas —dijo sonriendo.

—Para mí no. —recogí mis cosas y me levanté— Tal vez si estuvieras menos pendiente de las fiestas alguna información se pegará en tu cerebro.

En ese momento el timbre sonó, era mi última clase así que no dude en salir hacia el estacionamiento para irme.

—¡Espera! —grito Mía.

Se acercó corriendo hacia mí con una enorme sonrisa en su rostro.

—Cuando dices que no te gustan las fiestas es porque no has ido a muchas ¿Verdad?

—No voy, porque no son de mi agrado. No le encuentro el chiste a estar en una habitación llena de personas sudando mientras restriegan sus cuerpos como babosas, pierden la conciencia y terminan follando con cualquiera que se les atraviese.

—Pero no todas son así —la mire incrédula—, bueno si, todas lo son, pero es divertido.

—Es tu punto de vista.

—Qué te parece si vas a mi fiesta, si no te gusta —hizo una mueca pensando— ¡Haré tus trabajos por un mes!

Reí irónica.

—Si claro, porque lo que más quiero es que una chica cuyo promedio es de 6 haga mis trabajos.

—¡Ey! Eso fue cruel, cierto, pero cruel.

Llegue a mi auto y mi paciencia estaba hasta el tope.

—Aceptare tu invitación para que me dejes de molestar, no te prometo que iré.

Sonrió satisfecha.

—Eso es suficiente para mí. Luego te entregaré la invitación ¡Adiós!

Se fue saltando. Era una chica muy efusiva, demasiado para mi gusto, llama mucho la atención, pero si quiera no finge para hacerlo; aun así, espero que no me moleste más con ese tema, la verdad es que en mis planes no estaba ir a su dichosa fiesta.

...

Recién llegaba del trabajo, otro aburrido día sin nada interesante o fuera de lo común.

Tenía mucha hambre, revise la heladera y no había nada, como siempre ¿Porque no puede ser como en las películas que abres la heladera y encuentras una pizza? Ah, ya sé, porque si fuese una película yo sería la extra que no tiene diálogos más que un —Disculpa ¿Qué hora es?

Mi Razón para VivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora