—Hola Eli —me sonrió un chico.
—Elizabeth ¿Todo bien? —pregunto otro.
—Nuestra reina llego ¿Cómo está todo Eli? —pregunto otro chico.
Baje la cabeza y apresure mi caminata hasta el salón y mi asiento, otros chicos y chicas que iban entrando de vez en cuando me veían y sonreían o me saludaban.
Una semana, había pasado una semana desde aquella desastrosa noche del cumpleaños de Mia, desde entonces todo se volvió un caos para mí. Me gustaría decir que no recordaba nada de lo que había pasado en la fiesta, pero, al contrario, recordaba cada maldito detalle. Al parecer todos mis "amigos" tampoco lo olvidaron porque ahora me saludan y parece que me notan todo el tiempo.
Mia se ríe cada vez que entró en pánico por ello, es toda su culpa. Desde el día que desperté recordando lo ocurrido he estado evitando toparme con cualquier persona, pero sobre todo con Connor, una semana esquivándolo y fingiendo no estar en casa cuando viene o saltando detrás de los arbustos cuando ha ido a buscarme a la universidad, sabía que estaba siendo infantil pero no tenía cara para mirarlo.
Las cosas que hice, las cosas que le dije, de solo pensarlo mis mejillas vuelven a adquirir el sonrojo que han tenido estas semanas. No sé muy bien los pensamientos que tenía, pero si las cosas que llegue a decir y como prácticamente le reclame por no besarme, mi dignidad se fue por el retrete en ese momento.
Quedo establecido que me gusta Connor, y yo sé que por alguna razón del universo y el cosmos yo también le gusto, pero, siempre hay un pero, no estoy dispuesta a decírselo ni a intentar algo con él. Nos llevamos bien, eso es más que evidente, aunque la mayor parte del tiempo sea un tonto y molesto niño, aun así, no quisiera que por intentarlo algo malo pasara, terminara desilusionándose de mí y yéndose. Es como que justo ahora no soportaría perderlo a él.
Una persona gritando mi nombre me saco de mis pensamientos, observo hacia la puerta que fue de donde vino el grito y veo a Mia entrar corriendo agitada.
—¿Que sucede Mia? ¿Estas bi...? —me interrumpió.
—¡Connor viene!
—¡¿Que?! —abrí los ojos y sentí como mis manos empezaban a sudar.
—Sí, venia en la entrada y no estaba sonriendo precisamente.
Tome mis cosas rápidamente mientras le decía que me iría por la otra entrada. Era consciente de que en algún momento lo volvería a ver, pero solo rogaba que no fuera ahora.
Salí rápidamente y al doblar a la derecha mi cuerpo choco con alguien, levanté la mirada temiendo que mi sospecha sobre quien era fueran ciertas.
Mierda.
—Aquí estas.
—Hola —dije mirándolo.
Estaba frunciendo el ceño mientras me veía y cruzo sus brazos.
—¿Estas huyendo de mí?
—No, para nada ¿Porque debería huir? ¿Tú que haces aquí?
—No lose, pero el que me haya topado con Mia afuera, me haya preguntado que hacia acá y que cuando le respondí que entraría a buscarte me haya empujado y salido corriendo mientras gritaba tu nombre, bueno, me parece algo extraño ¿No crees?
Abrí la boca y la cerré de inmediato, esa chica tenía un serio problema de "actuar y luego pensar".
—Seguro no grito mi nombre, yo no la escuche, seguramente quiso decir «Baño».
—Ah claro, me empujó porque tenía que ir al baño.
Asentí desviando mi mirada.
—Ha pasado una semana y no respondes mis llamadas, voy a tu casa y no abres la puerta, pasaba por aquí y nunca salias —frunce el ceño— ¿Hice algo malo? Estaba preocupado.
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Mi Razón para Vivir
Novela JuvenilSiempre fui una chica muy correcta, enfocada en el futuro, pero nunca pensando ni disfrutando el presente. ¿Amor? No, eso era solo una distracción; ¿Amigos? No gracias, no entendia cual era el desespero que tenian todos en tener personas quienes sol...