Jairo:
Los minutos pasaron sin detenerse siquiera un poco, y después de lo que paso con Amáyr ya no podía ser el mismo, me sentía diferente, era extraño mirar a todos y no sentirme igual que antes, una sensación de ser normal o igual que los demás me llenaba de gozo.
Ella y yo nos mirábamos de una manera especial, tener algo con alguien se sentía hermoso y a la vez extraño. Al parecer nadie notó la ausencia de los dos y antes de ser visto me dirigí al baño, las ganas de orinar se convertían en un doloroso placer luego de una terrible eyaculación, al retraer la piel del glande hacia atrás pude notar como un poco de sangre se ocultaba bajo el prepucio, sin embargo, la sensación de sentir libre esa parte y poder replegar la piel de arriba hacia abajo completamente era algo indescriptible, como lo había dicho Franco, ésta noche había dejado de ser virgen.
No se cuanto tiempo estuve en los sanitarios sin que nadie entrara pero me pareció eterno, me miré al espejo y salí con una sonrisa hacia el patio.
La alegría se borró de mi rostro al escuchar como Amáyr le contaba a sus amigas lo que había pasado hace algunos momentos, no era para molestarse, ya que me describía con lujo de detalles que al escuchar las demás un gesto en su cara decía que trataban de imaginarme desnudo:
Mi cuerpo, la manera tan bestial con la que nos entregamos y como le dolía, como al mismo tiempo lo disfrutaba y ardía en deseos de volver hacerlo una y mil veces mas. Comentaban y se reían al mismo tiempo que deseaban tener la suerte de tenerme en su cama.
Todas esas ilusiones que me había hecho con al fin poder tener algo con ella, se cayeron al suelo en mil pedazos y me devolvieron a la realidad. Amáyr era una puta descarada que disfrutaba con cualquiera que le gustara, ahora comprobaba los rumores que saltaban de boca en boca, yo sería el veinteavo en su lista de deseos, por eso nadie se molestó en seguirnos o preguntar donde andábamos. Era obvio que no guardaba sus propios secretos.
Pasé delante de todas ellas y crucé la plaza cívica, un silencio total las congeló al darse cuenta que lo había oído todo, me senté sobre una butaca y bajé la mirada a ras del suelo, la traición por primera vez se rompía en mi pecho dejándome al borde de un colapso nervioso.
-Duele ¿verdad?-la voz de Melkar me hizo volver la mirada hacia arriba, ya lo sabía, seguramente todos lo sabían.
Quería que me tragara la tierra de un mordisco y no dejara nada, era el momento mas bochornoso de mi puta existencia y lo único que hice fue mirarlo con una cara de perro apaleado.
-No te preocupes. Así es ella. No dejes que te afecte-su voz de algún modo me tranquilizaba.
-Al contrario, debes sentirte como un maldito afortunado al poder haber tocado ese jodido cuerpo sensual que pierde a mas de uno. No cualquiera lo logra-todo lo que dijo me arrancó una sonrisa perversa al recordar su anatomía perfecta-. Esa es la actitud, por lo menos ya todos sabemos que no eres raro, ánimo tronco-me dió un pequeño golpe en el brazo, su risa era contagiosa y por un momento me olvidé de todo.
-¿Tu también estuviste con ella?-fue una pregunta un poco tonta pero quería oírlo de el, aunque no me me parecía que no fuera cierto.
Melkar es un tipo alto, de piel morena, musculoso y de unos ojos cafés, era casi imposible que no hubiera estado con el.
-Solo un par de veces, ¡pero! ¡¿por que lo preguntas así?! ¡lo que yo hubiera dado por que me describiera como a ti!-su alegría contagiosa era imposible de evitar-. ¡Mírate, por lo que dice ella eres todo una bestia empalando!-su entusiasmo me trataba de subir la moral, y lo estaba logrando.
-Ok, ok, ya no sigas que voy a creer que quieres conmigo-nos reímos por un buen rato, luego los demás se unieron con nosotros y terminamos riendo de lo mas padre.
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Imperio De Sombras: El Origen De La Oscuridad. (En Edición)
Ciencia FicciónHace millones de Eones existió una raza de seres supremos, su origen nunca fue revelado, sin embargo, se cree que llegaron de la estrella del norte... Su llegada aquel mundo y la guerra entre ellos por el dominio de los inmortales fue sólo el comien...