Imperio De Sombras: El Origen De La Oscuridad. (En Edición)

17-Máscaras De Orgullo.

-¡Estamos todos completos!-.

-¡Falta Jairo!-.

-¿Pero que pasa con el?-Nahomi estaba nerviosa al ver como ya todos estaban ocupando sus lugares alumnos, padres de familia, invitados de honor y publico en general-. ¿ya le hablaron por teléfono!-.

-No contesta y ya le he dejado mas de veinte mensajes-David estaba en la puerta del grupo con una cara desencajada por el nerviosismo que lo invadía.

Los minutos pasaron, la hora ya se había cambiado y en el lugar reinaba una masa de voces imposible de distinguir, Franco y David fueron a casa de Jairo, el ama de llaves les dijo que no había bajado en toda la mañana, cuando entró al cuarto vió una sábana llena de sangre, el cuarto estaba desordenado con tantas cosas tiradas por doquier.
Sus gritos fueron escuchados en la planta baja, Franco y David corrieron a ver lo que pasaba, y sin mas, contemplaron estáticos aquella escena, sin ninguna idea de lo que pasaba.

-Lo siento. Tenemos que comenzar. Aún sin el-Nahomi miraba con un gesto de dolor a todos y cada uno, temía lo peor.

Lucios miraba por todos lados imaginando que entraría por aquella puerta que tan ansiosamente lo reclamaba, David y Franco se miraban con los ojos hundidos en las lágrimas, Ricardo solo observaba a todos en un total silencio, Amáyr sentía que el mundo se le rompía en mil pedazos al pensar que si se suicidó fue por su culpa, nunca debió decir nada de lo que pasó; el resto de sus compañeros solo miraban el publico sin poder decir nada, Nahomi dió la señal.

La profesora del otro grupo dio dos pasos al frente y la ceremonia de clausura comenzó.

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Max jamás pensó volver a pisar aquel suelo dónde aquellos que tanto aborrecía lo habían manchado con su asquerosa presencia, las personas se juntaban por la calle y comentaban entre si aquel gran evento del que en pocos minutos saldrían tantos egresados.

Nadie reparaba en su presencia, ni siquiera parecían darse cuenta y por lo tanto, avanzaba con total confianza entre los demás, sin duda, aquel Orbe que Ana había preparado, dió resultados, a excepción de sus ojos verdes, que se resistieron al cambio.

Buscó un lugar donde tuviera una gran vista y se sentó. La emoción lo invadía al ver aquellos invitados de honor de tan alta categoría compartiendo mesa con...

Sus ojos verdes chocaron con una mirada que tan fácil podría ser la suya reflejada, las facciones de aquel hombre eran perfectamente un molde original de las que descendía, maldijo tantas veces el haberse encontrado con ese hombre, el odio por su padre aumentaba al verlo tan feliz y sonriente que no dudó, que de haber muerto realmente, a estas alturas ya lo hubieran olvidado en una maldita tumba oscura sin mas compañía que el de los gusanos y bacterias que lo hubieran usado como alimento.

Trató de restarle importancia y solo se dedico a observar a los demás, ya no volvió a mirar aquel hombre, los minutos pasaron de prisa y a cada momento podía sentir la tensión que se vivía a su alrededor, algo andaba mal, la profesora de grupo, al parecer, se acercó a Santiago y le susurró algo al oído, éste, tenia la cara mas aterrorizada que Max había visto en toda su vida.

Sin duda algo le había pasado a Jairo... Acaso... ¿estaba muerto?.

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-Señores. Los dejo en buena compañía, con su permiso-Santiago se retiró con la vista perdida en el horizonte, en su cabeza trataba de comprender a su hijo, apenas un día anterior lo había visto bien y ahora...

Un nudo se le formaba en el pecho y su respiración se agitaba poco a poco, caminó a un costado de los futuros egresados, les dedicó una mirada sin interrumpir su paso.