21-Lágrimas Y Corazones Vacíos.

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Jairo:

Un sonido monótono a lo lejos fue invadiendo el espacio hasta convertirse en un asqueroso ruido sin sentido que destruía mis tímpanos...

Me incorpore de golpe en la cama, la alarma en la pantalla de mi teléfono no paraba de sonar.

En un acto reflejo me paré de la cama de un salto al ver que se me estaba haciendo tarde para ir a la escuela... Mi mente se revolvió confusa y luego vinieron a mis recuerdos las borrosas imágenes de ayer...

El libro, Valerius, la sangre de mis heridas, la clausura, el intruso que trató de matarme, Amáyr, la cita...

Inmediatamente la alegría se apoderó de mi y con toda la calma del mundo me metí a bañar, el agua fría me arrancó un suspiro y después de unos minutos me senté a la mesa e inmediatamente llegó Azucena con mi desayuno.

—¿Está mi madre?—.

—No joven. Salió muy temprano—.

—Está bien. Por cierto... ¿que hiciste con las sábanas sucias de ayer?—.

—Las puse a lavar joven... Si no es mucho atrevimiento ¿que le paso?—la voz de Azucena tembló un poco y desvío la mirada.

—Me causé varias heridas de una forma que aún no logro comprender del todo y...—

—¡Pero está bien?—me interrumpió alarmada.

—Si si gracias no se preocupe. Por favor des haga se de las sábanas y de todo esto ni una palabra a mi madre ¿estamos?—.

—Como usted diga joven. Por cierto...—de pronto se escucho el abrir y cerrar de la puerta de forma violenta, antes de que Azucena se pudiera mover, David estaba entrando a la sala comedor.

Su cara blanca estaba contraída por un pánico que lo dominaba de una manera un tanto terrorífica.

—¡Perdón Jairo discúlpame por llegar de esta forma pero...!—sus jadeos lo perturbaban al punto de apenas comprender lo que decía.

—Calma. Toma asiento y acompáñame a desayunar ¿Azucena?—.

—En seguida joven—la pequeña mujer se dio la vuelta para luego volver con una charola sobre la cual depositaba un vaso de jugo, plato de cereal, una manzana, leche y una taza de café.

David contempló un segundo la charola al tiempo que tomaba asiento. Con todo detalle vio como lo acomodaba en la mesa, me miró y en sus ojos una luz opaca lo hacia volverse contra el piso.

—Que te pasa dime, me estas asustando—.

—Lo siento Jairo y discúlpame por ser yo quien te lo diga pero... Sucedió hoy en la madrugada... La... Ella ... Amáyr fue encontrada muerta—.

—¡¡¡ Que !!!—.

...

...

...

Un frío me recorrió de pies a cabeza al sentir como cada célula de mi cuerpo se congelaba ante el dolor de sentirme destruido, arrasado por los recuerdos que en un segundo se volvieron agujas en mi piel, la desesperación, el dolor y el vacío se mezclaron para dar paso a un llanto en silencio que se limitó a ser solo un sollozo a ritmo de unas lágrimas congeladas que se adherían resistiéndose a escapar de mi al ver como la realidad una vez mas se manchaba de sangre. Pero no, por un momento me resistí a creerlo, no quería que fuera verdad, no con ella, ¿como era posible?, ¡porque!, ayer estaba... ¡¡¡No por dios!!!, la compasión y el dolor en los ojos de David me miraban al borde del llanto.

—No... Dime por favor que no es cierto—mi voz temblorosa se mezcló con mis lágrimas, el me miró, en un momento se acercó a mi y me abrazo en un gesto de compasión, me acarició el cabello y recargó su cabeza en mi hombro.

Imperio De Sombras: El Origen De La Oscuridad. (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora