El Burla Negra acababa de zarpar y Eda intentaba contener las lágrimas mientras la brisa salada le azotaba el rostro sin piedad.
No sabía realmente por qué se había ofrecido a acompañar a Theon Greyjoy a las Islas del Hierro. Tal vez porque necesitaba probarse a sí misma que Lyra no era la única capaz de ser valiente, tal vez porque necesitaba volver a casa... No lo sabía, pero se arrepintió en el preciso instante en que su tío Harrion la estrechó entre sus brazos y le pidió que se cuidase. Lyra también la había abrazado y le había besado la frente, Robb había besado su mano y Catelyn la había llamado "hija mía".
Recordaba perfectamente el día que se marchó de su hogar. Su madre había conseguido colocarla como doncella de la princesa Lyra Baratheon en un intento desesperado de recuperar algo del nombre que la familia Harlaw tuvo hasta la rebelión de Balon Greyjoy. Aquel día había llorado, había abrazado a sus padres y a su hermano y les había suplicado que no le obligasen a irse. Tenía apenas doce años y nadie de las Islas del Hierro que la acompañase a aquel lugar que era el sur. "La reina Cersei cuidará de ti" le había dicho su madre la noche anterior a su partida; "encontrarás un gran señor con el que casarte y serás señora de un gran castillo". Sus palabras no habían logrado tranquilizarla.
—¿Disfrutando de las vistas, mi señora? —cuando escuchó aquella voz desconocida junto a ella se enjugó las pocas lágrimas que habían superado las barreras de sus pestañas y recobró la compostura.
Giró el rostro rápidamente para encontrarse con el de ser Patrek Mallister. Ser Patrek era el hijo de lord Jason Mallister, señor de Varamar. Theon y ella viajarían con ellos hasta Varamar para dejar allí unos prisioneros y después pondrían rumbo a las Islas del Hierro.
—Es agradable volver al mar después de tanto tiempo —replicó ella, bajando de nuevo la mirada a la baranda que la separaba de las aguas.
—Sois de la isla de Harlaw, ¿cierto? —inquirió el muchacho; ella asintió todavía sin volver a mirarle— Nunca he estado en las Islas del Hierro.
—Tampoco os supone una gran pérdida, mi señor. Las Islas del Hierro no tienen mucho que ofrecer.
Patrek rió y Eda lo miró de reojo: los mechones de cabello rubio le caían sobre la frente, desordenados, y enmarcaban un rostro de facciones afiladas que podía llamarse atractivo. Cuando los ojos azules de Patrek se encontraron con los suyos, castaños, un rubor le cubrió las mejillas bajo las pecas y le obligó a desviar la mirada.
—¿Tenéis escolta que os acompañe a las tierras de vuestra familia?
—Algunos hombres de las Tierras de los Ríos que ha enviado lady Catelyn.
—Eso me deja más tranquilo. Viajar a solas es peligroso para una belleza como la vuestra.
Eda iba responder como la cortesía indicaba, más ruborizada que antes, pero Theon Greyjoy les interrumpió.
—Ser Patrek, ¿me permitís unos minutos a solas con mi prima?
El aludido asintió con la cabeza, besó la mano de Eda, y se marchó sin borrar de su rostro aquella encantadora sonrisa. Eda se armó del poco valor que poseía y se giró para encararse a su primo. Theon se había recogido la cabellera oscura, muy típica de los Greyjoy, al estilo norteño despejando su rostro atractivo. Sus ojos grises la estudiaron de los pies a la cabeza.
—El capitán me ha informado de que en dos días llegaremos a Varamar. Zarparemos desde allí a Harlaw —ella asintió con la cabeza, musitando un "gracias", pero Theon la tomó de la mano impidiéndole girarse—. Es una pena que no tuviéramos ocasión de conocernos antes —había oído la gran afición que Theon Greyjoy tenía por las mujeres.
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The Lionhearted Deer | Juego de Tronos
Fiksi PenggemarReyes contra reinas. A la muerte del rey Robert Baratheon, Robb Stark no tarda en autoproclamarse Rey en el Norte, apoyado por la casa Baratheon gracias a su matrimonio con Lyra Baratheon, melliza del rey Joffrey. En las Islas del Hierro, tambi...