Capítulo 3: El Claro.

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Tras esas palabras, las dos chicas se miraron entre ellas, con una mirada cómplice, y miraron de nuevo a Newt casi de manera sincronizada. Él comprendió que tanta gente las abrumaba y ordenó a los clarianos que se fueran a sus respectivos trabajos, y a continuación se limitó a dedicarles a las chicas, una sonrisa, como símbolo de confianza y apoyo.

Cuando todos los clarianos, entre quejas y suspiros, se disponían a marchar, unos gritos lejanos se acercaban rápidamente hacia el lugar. Aquello asustó a las chicas que, instintivamente, se fueron a esconder detrás de Newt.

Él las tranquilizó con otra sonrisa, haciéndoles saber que no pasaba nada malo.

El origen de aquellos irritantes gritos, que ya se encontraban muy cerca, surgían de un muchacho, de marcadas cejas y pelo dorado, que se acercaba con aire arrogante. Este chico, seguido de otros cuatro, estaba bastante musculado. Las chicas supieron que él no sería una persona de confianza. Tenía una expresión bastante amenazadora y los clarianos más cercanos a él se alejaban para dejarle pasar.

- A ver, larchos mierteros, ¿se puede saber qué está pasando aquí? -dijo éste, cuando se encontraba a unos pasos de ellos- ¿A qué viene tanto alboroto, eh?

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- A ver, larchos mierteros, ¿se puede saber qué está pasando aquí? -dijo éste, cuando se encontraba a unos pasos de ellos- ¿A qué viene tanto alboroto, eh?

Las chicas se dejaron ver, detrás de Newt, y él soltó un gritó de sorpresa.

- Chicas, éste es Gally. Él es uno de los constructores del Claro, se encargan de construir prácticamente todo lo que encontraréis aquí.-dijo Newt- Gally, ellas son nuevas chicas que han llegado con la caja, al parecer la otra era solo una advertencia. Así que voy a llevarlas con Alby, querrá verlas antes de cenar.

Gally se fue refunfuñando y, evitando esos gruñidos y con un amable gesto, Newt indicó a las chicas que caminaran con él, y fue entonces cuando ellas se dieron cuenta de dónde estaban. Se encontraban en una especie de prado, muy grande, lleno de cabañas y un bosque en uno de los lados. Se encontraban rodeados por unas paredes de piedra gigantes.

- Lo llamamos el Claro. -dijo Newt mientras caminaba, como si hubiera leído nuestros pensamientos.

El corredor del laberintoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora