Capítulo 14.

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N/A: ¡LEEEESTO MAMHESS! Okey, prometo no escribir así de nuevo, solo quería dejarles la última actualización antes de viajar unos días, espero la disfruten, dedicada a mis complices :3


—¿Qué sucede? —Pregunté caminando mientras tropezaba con mucha gente en mi camino.

—Lisa está en problemas. —Dijo la castaña dejando los ojos en blanco y tomando mi brazo para guiarme a la salida. Cuando traté de atravesar la puerta, mi otro brazo fue halado y al girarme para ver al causante me encontré con una sonrisa pícara y unos ojos azules observándome. Abby se giró y me sonrió acercándose a mi oído. —Te espero afuera. —Y salió.

—¿Qué quieres?—Pregunté tratando de que escuchara sobre el ruido de la música, por el olor de su ropa y su manera de moverse, esta chica estaba más que ebria. —Creí dejarte claro que...

No pude continuar cuando sentí sus labios en los míos, moviéndose con fuerza y sin pedir permiso introdujo su lengua en mi boca. —Vamos a jugar. —Murmuró contra mi cuello al besarlo desesperadamente. El sabor del alcohol en mis labios y sus movimientos estaban haciendo efecto en mi, así que la separé de golpe.

—Aprende a jugar sola. —Le guiñe un ojo y salí corriendo del lugar mientras limpiaba su labial de mi boca. Perra.

Caminé hasta el auto de Abby y me mantuve en silencio camino a su casa. Para cuando llegamos, una patrulla de policía parecía querer llevarse a Lisa. Abby bajó correndo del auto y habló con el policía, no pude escuchar hasta que estuve a su lado.

—Es mi hermana. —Dijo la castaña. —Soy mayor de edad.

—Pues su hermana está en problemas, señorita.—Dijo el oficial.

—Dejela ir, ya aprendió la lección, promete no hacerlo más.—Contestó Abby. El oficial lo pensó y le quitó las esposas. —Tiene suerte de que soy amigo de su padre o me las llevaría a ambas por obstrucción a la justicia. —El oficial sonrió y Abby asintió.

El resto de la noche Abby estuvo gritando por toda su casa a Lisa mientras la menor solo parecía ignorarla. Por suerte no estaban sus padres, para cuando me di cuenta ya eran las cuatro de la madrugada y no había dormido nada.

—Abby, me voy, tenemos trabajo más tarde. —Bostecé.

—Quédate, es muy tarde, te llavaré a tu casa antes de irnos a trabajar para que te arregles. —Me tendió la mano y me llevó casi a rastras a su habitación. —Duerme. —Me reí por su manera de decirlo pero asentí y me dejé caer en la cama, ella se quitó la ropa en el baño y saió con una pijama puesta para dejarse caer a mi lado.

—Buenas noches. —Le mostré el dedo medio.

—Buenas días.—Dijo graciosa y terminamos por quedarnos dormidas.

Me encontraba en mi oficina como de costumbre cuando la puerta se abrió dejando ver a una Lauren con una bata blanca, traté de preguntar pero ella me hizo una seña de que hiciera silencio y cerró a puerta con seguro, se acercó a mi con pasos entos y me giró en mi silla, dejándome de espaldas al escritorio.

—¿Qué..?—No culminé la pregunta cuando sentí sus piernas rodearme mientras se sentaba sobre mi y me besaba lujuriosamente. —Lau... Lauren.

—Shh, vamos a jugar sucio Camila. —Dijo desatando la bata y dejando ver su ropa interior. Mis ojos se abrieron como platos al ver su cuerpo vestido por lencería. Tomó mis manos y las puso en su pecho para que masajeara sus senos y eso hice. Me besó lentamente por el cuello llegando hasta mi mandíbula y de regreso hasta morder el lóbulo de mi oreja y sin querer deje escapar un pequeo gemido, pero ella lo había escuchado, tomó mi rostro y besó efusivamente hasta meter su engua en mi boca y separarse de pronto. —Levántate.—Me puse de pie y ella tomó mi camisa justo en los primeros botones y las rasgó. Gemí, la camisa cayó rota en el suelo y Lauren aprovechó el momento para besar mi piel lentamente, dejando mordidas y succionando en mi clavícula y mis pechos.

Lauren...—Gemí. —Hazlo.

—Dime lo que quieres. —Sacó mi sujetador y lamió mi pezón. —Dímelo.

—Ah...—Me mordí el labio tratando de no hacer más ruido. Lauren tiró de mi falda hacia abajo y me empujó hacia el escritorio, sentándome sobre el. Deje mi cuerpo caer y ella jugó  con mis bragas. —Hazme tuya.

Vi como sonrió y aproximo su rostro a mis bragas cuando senti su lengua recorrer mi humedad.

—¡Lauren! Gemí.

Me desperté toda agitada y sudada, maldije por debajo al notar que sólo había sido un sueño húmedo... con Lauren. Miré a mi lado y Abby roncaba como un oso. Suspiré y me tapé el rostro, mi entrepierna estaba húmeda y todo por ese sueño, me di media vuelta y traté de dormir. Hasta que no pude y me levanté para lavarme la cara. Mierda. Me deje caer en la cama de nuevo y entre vueltas y vueltas, terminé dormida.

En la mañana siguiente, Abby cumplió su palabra de dejarme en mi apartamento antes de ir a trabajar para que me cambiara. Tomé una ducha lo más rápido que pude y me vestí mientras que la castaña perparaba café en la cocina. Para cuando salí, habían dos tazas de café humeante en la barra, tomé una y le sonreí.

—Gracias. —Bebí un sorbo y ella me miró sorprendida. —¿Qué?

—Has bebido y no te ha quemado. —Rió y negó graciosa.—Que poca sensibilidad en la lengua.

Reí por su cara de pervertida y la saqué de mi cocina. —Es hora de irnos. —Y salimos del edificio. Abby tuvo que conducir hasta el hospital y por suerte no había tráfico.

—¡Señorita Cabello!—Me llamó la señora Amanda cuando me vio llegar. —No podemos cambiarle a Lauren. —Dijo seria.—Solicitud denegada, lo lamento.

Me entregó el sobre con mi solicitud y se retiró sin decir nada más. Suspiré frustrada y caminé a mi oficina arrojando el sobre a la basura. Había una nota en mi escritorio, la sesión con Lauren se había cancelado. Puse los ojos en blanco y terminé mi trabajo antes de tiempo. Almorcé y Abby entró a mi oficina. —Si pensabas irte, detente. —Dijo.

—¿Por qué? Ya terminé. —Contesté de pie.

—Tu sesión con Lauren. —Puso una sonrisa pícara y me sonrojé al recordar el sueño de esta mañana. —Será esta tarde. Disfruta. —Y me guiñó el ojo antes de salir.

Psycho In Love CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora