La pelea con Lauren no había ido bien, por lo que decidí retirarme sin nada que decir, ella no quería verme y en parte era mi culpa. ¿Qué digo? Yo no tuve nada que ver.
Conduje hasta casa y al entrar a mi departamento silencioso y vacío, me deje caer en el sillón y encendí la televisión, no estaban pasando nada bueno por lo que bajé camino al supermercado cercano y tomé un carrito. La gente parecía muy ocupada en su vida, metidos en una burbuja tan poco sociable, por un segundo me sentí alejada.
Tomé un par de Doritos grandes y unas Pringles antes de dirigirme al gran refrigerador y tomar un bote de helado grande. Tomé unas palomitas instantáneas y un par de sodas.
Que saludable, Camila. Dirigí el carro hasta la caja registradora donde una amable chica se dispuso a tomar mis elecciones de comida "sana" y las embolsó. —Son veintidós dólares con diez centavos.
Le entregué veintitrés dólares y tomé mis cosas. —Gracias.
—Espere. —La chica llamó. —Su cambio. —Me entregó la diferencia y yo sonreí.
—Puedes quedártelo. Gracias. —Me giré y caminé de vuelta al departamento para rentar una película. Y así pasó mi día, comiendo poco saludable, con mucho helado y colorante que al final del día me harían sentir culpable por haberlos comido.
Para cuando me di cuenta, ya había anochecido por lo que tomé una ducha, limpié el desastre que había dejado en la sala y me dispuse a preparar la cena, Dinah tal vez viniera hoy. Terminé de preparar los sándwiches y me dispuse a comer uno cuando sonó el timbre. Rodé los ojos y dejé el sándwich a un lado para ir a abrir la puerta.
— ¡Llegué! —Gritó Dinah y me abrazó. — ¿Mila? ¿Por qué no me dijiste que tenías una gemela? —La castaña pasó su mano cerca de mí como si tratara de tomar algo y entonces supe que estaba ebria.
—Vamos, Jane. —Hice que rodeara mi cuello con su brazo y cerré la puerta antes de dirigirme con Dinah a cuestas hasta la habitación de huéspedes. — ¿Se puede saber por qué tan ebria?
Ella se carcajeó como si fuese muy chistoso. —No estoy ebria, amiga.
— ¿Drogada? —Pregunté.
Ella me miró fijamente y yo me sobresalté hasta que ella volvió a reír y negó rotundamente. —Era una broma. No estoy ninguna de las dos, sólo jugaba. —Se levantó de la cama y me hizo seguirla hasta la cocina donde tomó un sándwich y comenzó a comer.
— ¡Hey! Eso era mío. —Dije quitándole el plato. —Has el tuyo, tonta.
— ¿No te ensañaron a compartir, Mila? —Comentó graciosa y yo le mostré mi dedo medio.
—No fastidies. Hoy no tengo humor.
— ¿Qué sucedió? —Preguntó y por más que me negué a contarle, ella terminó convenciéndome y pareció enojarse cuando le omití detalles como que se trataba de Lauren o la discusión que tuvimos después de la pelea. Mi teléfono sonó y contesté la llamada, era Abby.
— ¿Hola?
—Camila, hola, ¿te molesta venir a mi casa? Estoy sola y muy aburrida. —Suspiró y yo entrecerré los ojos.
—No lo sé... Hoy no estoy de humor. —Contesté levantándome de mi lugar para ir a mi habitación.
—¿Si? lo dice la chica que a pesar de haber salido casi a las ocho de la noche ayer, tenía una enorme sonrisa, muy contagiosa por cierto. —La escuché reír.
—Sí, pero ayer fue ayer y hoy es hoy.
— ¡Vaya! ¿Cuánto tiempo te tomó descubrir eso, Einstein?
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Psycho In Love Camren
Fanfiction"Cosas extrañas suceden en este lugar ". Una nueva psicóloga. Una paciente que en realidad no lo es. Dos pasados distintos que se encontraran para un presente nuevo. Una chica que es repudiada por su familia. Otra que no sabe lo que es la tentaci...