Capítulo 22.

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N/A: Lamento la tardanza, tuve que ir a la universidad y no pude publicarlo antes. ¡Gracias por la espera, las amo! Dedicado a todas mis hermosas lectoras♥ NO SE OLVIDEN DE VOTAR Y COMENTAR ;3 ES GRATIS♥

MARATÓN 2/2.


El animal de al menos metro y medio caminaba dando pasos cortos a unos seis metros de nosotras, Lauren me pegó más a su cuerpo. Estábamos acorraladas por ese oso y quién sabe cuántos más. —Lolo...

—Sh... —Ella me susurró y sentí mi corazón acelerarse aún más, mis piernas me estaban temblando. —No tengas miedo, nos sacaré de esto.

Lauren miró a cada lado de nosotras y tomó mi mano con fuerza mientras yo la abrazaba por el cuello y escondía mi rostro. —¿Cómo saldremos de esta? —Sollocé. —El idiota del guía dijo que no era temporada. Y yo estaba sola, me pudo haber encontrado antes y ahora no estaría... Viva.

Tragué saliva y me sostuve más fuerte del cuello de Lauren a lo que ella suspiró. —No digas eso, te prometo que saldremos de esto, Camz. —Ella besó mi mejilla. —Su mirada puede ver el calor de nuestros cuerpos, si no nos movemos no se acercará.

El oso continuó caminando en círculo alrededor de nosotras mientras que solo un par de rayos de la Luna, filtrados entre los árboles nos dejaba ver las salidas que teníamos. Y entonces me di cuenta, había un árbol a menos de tres metros que tenía suficientes ramas para escalarlo, eso nos mantendría lejos del oso hasta que se fuera.

—Lolo. —Lauren parecía estar perdida mirando hacia un punto a lo lejos. —Lolo. —Volví a susurrarle y ella me miró algo confundida. —Tengo una idea, confía en mi. —Me di lentamente la vuelta, quedando pegada de espalda al cuerpo de Lauren. —Correremos hacia ese árbol a la cuenta de tres y lo escalaremos.

—Bien. —Susurró Lauren ronca detrás de mi oído y me tense. Lauren lo notó y soltó un leve risita.

—¡Tres! —Dije y corrí con el dolor de mi pie punzante, logré alcanzar el árbol y comencé a escalar, para cuando llegué a la rama más grande, Lauren venía detrás de mi. —Vamos, tú puedes. —Le estaba costando un poco hasta que miró hacia abajo y la vi marearse, me incliné y tomé su mano. —Sube. —Ella me miró y terminó de subir sentándose en una rama cercana.

—No vuelvas a hacer eso, te odio. —Dijo y se tocó el pecho a lo que reí. —No esperaba que gritaras y mucho menos que fuera "tres" lo que dijeras.

—Lo siento. —Sonreí e hice una mueca de dolor.

—¿Te duele mucho? —Preguntó preocupada y se acercó a mi quedando a pocos centímetros. —Dame tu pie.

—¿Si sabes que no me lo puedo quitar y dártelo? —Dije graciosa y ella puso los ojos en blanco. —Amargada. —Ella se carcajeó y yo eleve mi pie colocándolo sobre su pierna, me sostuve para no perder el equilibrio.

—Sólo tú pateas una piedra teniendo puestas unas Converse. —Dijo y desató los cordones de los zapatos y trató de sacarlo sin lastimarme mucho.

—Lamento no haber llevado zapatos que resistan piedras. —Dije irónica y bufé cuando terminó de sacar mi Converse, mi pie estaba rojizo e hinchado. —Auch. —Dije cuando tocó mis dedos. —Duele.

—Tranquila, sé que duele hermosa, pero ya encontraré la manera de ayudarte a olvidar el dolor. —Ella acarició mi mejilla y sonrió tiernamente. Extrañaba a esta Lauren. La luna estaba en su punto más alto y confirmé con mi teléfono que ya era medianoche. El oso aún nos acechaba pero en un rato se cansaría de esperar y buscaría otra presa.

Psycho In Love CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora