Capítulo 34.

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N/A: Este capítulo va dedicado a una linda persona que sabía sacarme una sonrisa, te mereces lo mejor, en el poco tiempo que hablamos, te tomé un gran cariño, gracias Jennifer. GRACIAS POR LEER. NO SE OLVIDEN DE VOTAR Y COMENTAR, ES GRATIS ;3

| —1 | Human — Christina Perri.

Camila's POV

Mi respiración entrecortada se hacía presente en medio de las lágrimas que caían con fuerza por mi rostro y se deslizaban hasta quedar unidas al frío pavimento. Mi corazón acelerado latía desbocado con cada latido como si fuera el último y mis manos temblaban con rapidez bajo la fina tela del abrigo. Mis pasos se apresuraban hasta donde mis piernas entumecidas dejaban y mi mente divagaba por los viejos recuerdos de mi memoria. Incluso podía observar como el Sol caía en un manto de oscuridad dejándome cubierta de sombras y soledad con la esperanza de encontrar de nuevo esa luz al final del camino.

Suspiré cortamente cuando el frío invadió mis pulmones y la fría lluvia se mezcló con mi sudor, la ropa comenzó a pegarse a mi cuerpo como si fuera otra piel y me arrepentí de haberme bajado del auto. Miré al cielo y negué rotundamente, tuve que bajarme del auto.

La noche reinaba entre las calles de Nueva York, pero más allá de su belleza, yo veía lo peor de la ciudad, perdida entre callejones oscuros y con mal aspecto no hacía más que rogar por encontrar la salida de un laberinto sin fin. Tomé el cierre de mi chaqueta y lo subí para cubrirme hasta donde la tela me permitía. Por un momento, creí que había llegado pero tal como el espejismo que era, desapareció esa idea de mi mente.

—Niña, no deberías estar por aquí. —Sentí mi cuerpo temblar al escuchar esa voz ronca detrás de mi. Miré la luna sobre los edificios del viejo callejón y tomé una botella en mi mano girándome para ver al causante de tanto temor.

—Déjeme en paz, aléjese. —Respondí fría y sin tartamudear, mi corazón latía con fuerza mientras mi mano temblaba en medio del pánico. El hombre frente a mi me mostró una sonrisa y se acercó con sumo cuidado mientras mantenía las manos elevadas.

—Confía en mi, te llevaré a un lugar para que estés a salvo. —Respondió y me tendió una mano. Yo negué rotundamente antes de agitar la botella rota frente a mi para alejarlo, el hombre no retrocedió.

Sentí el calor descender por mi mano temblorosa mientras el líquido se esparcía con lentitud por los bordes del vidrio sin el más mínimo permiso. El ardor comenzó a hacerse presente causando estragos en mi estómago y una mueca de dolor apareció en mi rostro. Mordi mi labio con fuerza y sujete la botella con toda la fuerza que me quedaba, era mi última esperanza.

—¿Por qué debería confiar en usted? —Pregunté furiosa. El hombre se encogió de hombros y se quitó su abrigo dando un paso adelante y tomando con lentitud mi mano.

—Sólo deseo ayudarte. —Me quitó la botella arrojándola al piso y colocó su abrigo sobre mis hombros para que me lo colocara mientras me daba una cálida sonrisa. Tomó mi mano con la cubrió con su pañuelo. —Vamos, conozco un lugar cercano. —Lo miré aún desconfiada y él me miró preocupado. —Necesitas curar esa herida.

¿Cómo había llegado a este punto? ¿Herida y sangrando en medio de una gran ciudad mientras decidía si ir por un camino era aún más peligroso que ir por otro? Incluso a mi me sorprendía la facilidad de esa respuesta.

2 horas antes...

Después de haberme despedido de Lauren por nuestra pelea, subí al auto de un total desconocido sin pensar en los riesgos, con la intensión de llevarle la contraria a Lauren. Ni siquiera me había dispuesto a pensar en las consecuencias de mis acciones, cuando ya estaba en el asiento trasero de una camioneta. —¿A dónde vas, linda?

Psycho In Love CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora