Capítulo 26.

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N/A: ¡Hola mis amores! Lamento la tardanza, tuve problemas para publicar  pero, como recompensa les daré un regalo. GRACIAS POR LEER. NO SE OLVIDEN DE VOTAR Y COMENTAR, ES GRATIS ;3

MARATÓN 1/2.


Los siguientes días, las cosas con Lauren se habían puesto algo extrañas, me hacia preguntas que no iban con el momento o el tema de conversación, preguntas sin sentidos y algo obvias.

—¿Usas ambos apellidos de tu madre o eres Cabello por tu... Padre? —Había preguntado una tarde en medio de la nada. El silencio reinaba en la habitación mientras yo trataba de analizar y buscar un sentido a su pregunta.

—Por Alejandro. —Contesté algo seca su nombre y ella asintió sin decir nada más. Me mostró una leve sonrisa nerviosa y entonces entendí que algo estaba mal. Lauren sólo entraba a mi oficina tres veces a la semana después de eso.

Para la siguiente semana, hablaba menos y la sentía retraída en sí misma, no comía casi y me miraba con una profunda tristeza oculta bajo unos hermosos ojos esmeralda y una perfecta sonrisa.

—Está en sus días. —Había dicho Abby después de que le contara, pero para mi, Lauren tenía algo más que eso. Esa noche no había podido dormir, daba vueltas en mi cama pensativa.

Para cuando amaneció, yo no había cerrado los ojos más que para pestañear y eso había dejado una notable marca en mi rostro: ojeras de panda. Lavé mi rostro y mis dientes después de una ducha fría para despertar mi cuerpo agotado por la noche agitada que había tenido.

Me serví una taza del café que había dejado hecho después de calentarlo y sentí el líquido caliente descender por mi garganta. Me vestí para ir al trabajo y en medio de mi caminata por el pasillo camino a la salida, recibí un mensaje.

"He regresado a casa. Gracias por visitar, te amo. —Mamá".

Sonreí contenta de que ya se hubiese mejorado y casi corrí camino al auto porque ya iba retrasada. Cuando llegué al hospital, estaba más lleno de lo normal. Habían caras nuevas por doquier y una incesante Abby caminaba de un lado a otro. La tomé por el brazo y ella suspiró abrazándome.

—Hola Camila. —Dijo y se alejó de mi. —Llegas justo a tiempo, es el día de la visita de padres. —La vi rodar los ojos y reí. —Tengo mucho trabajo y tú también, debes atender a los padres como psicóloga de la institución.

Asentí y ella se alejó. —Genial.

—Ah y... —Abby se volvió hacia mi. —Los padres de Lauren estarán aquí, mientras tanto reemplaza un par de casos, están en tu escritorio.

La miré inexpresiva y ella sonrió triunfante antes desaparecer al final del pasillo, subí a mi oficina y al entrar encontré tres pares de sobres amarillos sobre el escritorio. Los abrí y revisé cada detalle antes de recibir a cada padre en reemplazo a otros psicólogos del hospital.

—Eso es todo. —Sonreí cuando el último padre tomó el sobre informativo sobre el paciente y se retiró. Suspiré y bajé al comedor por una galleta y una taza de café, no había terminado de dar una mordida a mi galleta cuando Abby entró al comedor.

—Hey. —Dijo tomando asiento y yo hice lo mismo dándole de mi galleta y llevándola a mi boca.

—Hola. —Dije y tomé un sorbo de café suspirando. —¿Ya terminaste?

Ella negó con la cabeza y tragó. —Ahora es que falta. —Se encogió de hombros y miró hacia la ventana levantándose. —Llegaron.

—¿Quienes? —Pregunté y miré al mismo lugar que ella, un auto negro y lujoso se estacionaba frente al hospital.

Psycho In Love CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora