Sex Trip (Jikook)

07

He despertado hace unos pocos instantes y lo primero que encuentro es un cuerpo dejándome una grata vista a mi lado. Dejando la vista de su lado me concreto en escuchar los pasos de alguien acercarse.
Con unos toques en la puerta me levanto con cuidado de no despertar a JungKook para abrirle a la que supongo que es mi madre.

—Hola hijo— dijo ella.

—Hola.

—¿Puedo entrar?

—No madre...Tengo mucho desorden tú ya sabes.

Entrecerrando los ojos me mira, sé que no me cree en lo absoluto pero que puedo hacer, ni loco que estuviera para dejarla entrar y vea a un chico desnudo sobre mi cama. Con el silencio incómodo se va sin decirme más, cerrando la puerta entro y empiezo a recoger la ropa de suelo dejándola sobre la cama, con unos sonidos provenientes de esta me volteo observando a JungKook removerse mientras se frota un ojo.

—¿Cómo dormiste?— le pregunté.

—Bien ¿y tú?

—Contigo a mi lado súper bien.

Con un simple roce de labios le paso el bóxer para que se los ponga, no quiero tentaciones cuando mi madre está a unos escasos metros. Pasándole el resto de ropa nos empezamos a vestir los dos en silencio.

—Me voy JiMin— dijo de repente JungKook.

Lo miro arreglarse su cabello, si que tiene manos ágiles, abrochando mi pantalón lo tomo de la mano sin decirle nada, con un gesto le pido silencio mientras salimos de la habitación.
Bajando sigilosamente por las escaleras nos encontramos con las luces apagadas, suponiendo que se ha ido a dormir salgo con JungKook de la casa porque no quiero dejarlo ir solo a estas altas horas de la noche.

Los dos en un silencio un poco incómodo mientras nuestras manos juntas diviso mi casa a unas pocas cuadras, guiando a JiMin apresuro el paso, la verdad quiero llegar a dormir para luego despertarme en dos días.

—Espera no vayas tan rápido— dijo JiMin.

Con algo de vergüenza convierto mis pasos de nuevo lentos, lastimosamente separándome de su mano busco la llave en algún bolsillo de mi pantalón, sacándola empiezo a jugar con ella por querer tomar de nuevo la mano de JiMin.

—Fue un gusto— le dije a JiMin.

Deteniendo la caminata me quedo de pie al frente de la puerta de mi casa nervioso, dándome la vuelta con manos temblorosas abro la puerta, listo para decirle adiós a JiMin siento un jalón en mi brazo seguido de unos suaves labios sobre los míos, dejándome llevar entrelazo su lengua con la suya recibiendo un jadeo de su parte.

—No quiero ser el que tome la iniciativa siempre.

Con un sonrojo me doy vuelta para no tener que mirar su rostro, pero su mano en mi brazo me da de nuevo la vuelta quedando a centímetros de su rostro.

—¿Me das tu número?

Con una pequeña sonrisa saca su teléfono extendiéndolo hacia mí, lo tomo de entre sus manos escribiendo tan rápido mi número que casi no escucho sus gracias por haber cerrado la puerta en su rostro.

Llegando a casa después de la caminata algo extensa listo para subir a mi habitación veo a mi madre sentada en el sillón con la expresión seria indicándome con la mirada que me sentara frente a ella. Este comportamiento de ella si que me da miedo. Como un perro regañado me siento en el sillón listo para el sermón.

—¿Hijo tú me crees tonta?

—No.

—Pero de seguro pensaste que no te vi salir con ese chico.

—Y-yo-

—Solo te quiero recordar que no me gusta que traigas personas desconocidas sin habérmelo dicho antes.— Sin dejar decirme una sola palabra me deja solo para irse a su habitación.

Mirando el techo de mi habitación decido levantarme a lavar mis dientes y rostro, con pereza bajo a la cocina a preparar mi desayuno; un café cargado, con pan pero sin olvidar la fruta.
Como cada sábado mi madre se va dejándome solo de nuevo, dejando la loza sucia por ahí subo a mi habitación acostándome entre el calor de mis mantas.

Sin mirar algo en específico el sonido de mi teléfono me hace sobresaltar un poco, llevando mi mano hasta debajo de la almohada lo saco mirando la notificación de un nuevo mensaje.

10:32 am

Hola JiMin, soy JungKook ¿quisiera saber si querrías salir conmigo más tarde?

Con tal de no ser un cita.

¡Oh claro que no!

¿Entonces dónde y a que hora sería?

Donde tú quieras y a las 8 estaría bien.

A esa hora te recojo.

Cerrando la conversación dejo mi teléfono por ahí y decido dormir un poco más, ni modo que me vaya a alistar ya, aunque me toca pedirle permiso a mi madre o si no le da un ataque a esa señora.