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—¡Oh Dios mi cabeza!— exclamo adolorido.

Abro mis ojos lentamente para acostumbrarme a la luz pero acto seguido mis ojos se abren a más no poder al no ver nada reconocible de mi habitación. Sin embargo no me encuentro sobre la gran cama sino en suelo.

Me levanto a prisa pero me detiene un poco el dolor en mi espalda baja, pero hago mi completo esfuerzo para tomar la sábana que cubre mi cuerpo desnudo.
A salir de la habitación me encuentro con TaeHyung «que vergüenza» le muestro una tímida sonrisa mientras que él mueve sus cejas de arriba hacia abajo.

Encontrando en el camino un pantalón me lo coloqué mientras dejaba por ahí la sábana. Le pedí prestado una camisa y para el taxi a alguien; al salir tomo el primero que se detiene, doy mi antigua dirección y me relajo un poco hasta llegar a mi destino.

—JungKook—susurra mi madre. Sé donde se encuentra la llave pero no puedo ser tan conchudo de entrar como Pedro por su casa.

Paso de largo de mi madre ignorando todos sus reclamos, lo menos que quiero ahora es pelear con ella u simplemente escuchar su llanto.

—Permiso— le digo para después subir a mi ex-habitación; cierro la puerta despacio tras de mí, camino hasta la cama dejándome caer —¿Qué hice?— me pregunto.

Recuerdo el sabor de los labios de JiMin y un suspiro involuntario sale de mi boca. Ese sabor que tanto había extrañado vuelve a juntarse con el mío, no me arrepiento de nada.

...

Ahora que por fin me encuentro en mi cama acostado, recuerdo lo bien que me la pasé con JungKook, extrañaba esos momentos. Hubo algo que me impresionó; esos movimientos claro que no sabía que los podía hacer, pero me agradó que los usara conmigo.

Como JungKook mantenía su trastero junto a mi pene hasta cuando el novio de él entró en la habitación encontrándonos follando después de haber apreciado un erótico baile solo para mí. Todo aquello recordaba la mayoría y lo disfruto.
Extrañaba a JungKook de todas las maneras por existir, extrañaba su sabor único, es que cuando nos unimos hacemos un muy buen equipo. Con la pelirroja es otra cosa, no sé como pude cambiar a tal hermosura como lo es JungKook por alguien quien me engaña; claro que la descubrí besándose con otro y además confirmé que esos gemidos de aquel día en el baño fueron de ella.

Me levanto de la cama, totalmente desnudo voy hacia el baño donde la tina ya se encuentra lista. Introduzco un pie primero hasta quedar con el agua al cuello; esto es lo que necesito, algo relajante que me ayude a aclarar las ideas con JungKook.

Después de esa relajante ducha de burbujas en la tina salí como una persona renovada, literal. Ahora con ropa más cómoda, con comida chatarra encima de la cama y las ideas más claras estoy un poco feliz. Ya sé lo que quiero; deseo amarlo, cuidarlo, que sea mío de nuevo pero para no dejarlo ir más. La cuestión es si él quiere que suceda lo mismo.

Sex Trip (Jikook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora