Capítulo IV

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Los personajes son creados por la escritora Kyōko Mizuki, uno de los seudónimos de Keiko Nagita, y la mangaka Yumiko Igarashi, seudónimo de Yumiko Fijii, publicado en Japón por Kōdansha Ltd. desde 1975 a 1979.


-Permiso, Albert una chica te busca, le dije que estabas ocupado, que no podías atenderle pero ella insiste

-¿Te dijo su nombre? Pregunta extrañado

-Sí, que te dijera que es Candy Andrew, enseguida el rubio se levantó, ella nunca utilizaba ese apellido, Paolo abría mucho los ojos

-¿La conoces? Pregunta el castaño

-Si, es mi novia Paolo, disculpa pero debe ser algo urgente, sin esperar respuesta salió casi corriendo, cuando la vio se paró en seco ella se veía hermosa

Esa tarde se puso el vestido más bonito que tenía, se soltó el cabello y se maquilló un poco, y fue decidida a terminar con aquella situación, era el momento de aclarar todo, por nada del mundo lo perdería

-¿Candy? Dijo Albert

-Albert , dijo ella con una sonrisa, luego de unos momentos después se abrazaban

-¿Qué pasó pequeña? ¿Estas bien? Albert la apretaba contra su pecho, fue más de una semana de espanto lejos de ella

-Pues es una emergencia, dijo viéndolo con coquetería guiñando un ojo, el rubio le entendió y todo su pesar desapareció

-Espera un momento me cambio y nos vamos amor, la rubia lo tomó del brazo

-Así se te ves guapo, sus miradas se encontraron

-Solo será un momento, le dijo y le dio un beso en la frente, ella suspiró y le regaló una tímida sonrisa, el rubio se cruzó con su jefe en la puerta de la cocina

-Paolo se presentó una emergencia, necesito irme, disculpame por favor

-No te preocupes, ya decía que algo sucedía que tenias esa cara, Paolo estaba preocupado por él realmente, mientras Albert seguía su camino, su jefe caminaba supervisando que todo marchará bien, cuando su mirada se topo con esa mujer que le atormentaba, ni lo pensó dos veces para acercarse

-Buenas tardes ¿le puedo servir en algo? La chica lo veía sin parpadear, nada más de verle la puso de mal humor

-No gracias, contestó con sequedad la joven, haciendo la que buscaba algo en su bolsa, él se sintió un tonto parado ante ella, en ese momento llegaba Albert

-Princesa ya estoy listo, podemos irnos

-Albert podrías esperar un instante, el rubio ante la petición de su jefe solo miro a su novia y le guiño un ojo

-Por supuesto Paolo, princesa espera unos minutos en la recepción, - Dime Paolo, continuó diciendo el rubio

-Albert, bueno yo quería preguntarte, no piense que quiero abusar, pero me gustaría tu consentimiento para frecuentar a tu hermanita

-¿Mí hermanita? ¿Qué hermanita? Pregunta el rubio frunciendo el ceño, mientras sigue la mirada de su amigo

-Si, tú hermana, le dice Paolo, Albert palidece al darse cuenta del interés de este hombre por su Candy, eso dolió como una patada en el estómago, solo de imaginar a su princesa en brazos de otro, lo hacía morir de celos, Paolo vio que esto no le agrado

-Disculpa Paolo, de verdad es urgente lo que se presentó, Albert estaba furioso, - no señor es mí novia ¡Mía!, pensaba

-Vamos pequeña, la tomó de la mano salieron de aquel lugar - Tenemos mucho que hablar, así partieron a su hogar

La pareja iba en silencio, él pensaba en lo que le dijo Paolo, ella en lo que decían aquellas mujeres

Ese sería un día muy especial para ambos al llegar a su hogar, los dos estaban nerviosos, solo se veían ella pensaba

- Por eso mi amor Hasta el fin del mundo te iría a buscar, él la miraba en silencio, De ti nada me puede separar, cruzaría los siete mares Hasta llegar a ti, el se aproxima a ella y la toma de la cintura y la acerca a su cuerpo, ella con sus manos se aferra a su cuello

Las palabras sobraban en aquel momento, caricias y besos guardados, llenaron el momento, sin saber cómo ni cuando el deseo les ganó y se entregaron sin reservas

El la amo desde que la vio aún cuando no tenía recuerdo, ella siempre le quiso sin saber quién era realmente, pero con cada detalle borró sus malas memorias robándole el corazón, eran dos almas solas, que en ese momento sea hicieron una, mientras hacían amor se entregaban el uno al otro en cuerpo y alma

-¿Amor quieres ser mi esposa? Ella reía con ganas, por la cara de susto que él tenía y le contesta

-Si, quiero ser tuya por siempre, un mes más tarde ante el altar ambos decían hacían una promesa de amor

-Hasta el fin del mundo, Te seguire, le dijo Ella viendo le con los ojos llenos de lágrimas, él la veía con amor y le beso la frente

-Donde sea que estés, yo te encontraré, Nada es más importante que Vivir junto a ti, dijo él

A la boda asistieron pocas personas, algunas compañeras de Candy el jefe de Albert que terminó de padrino y la entregó en la iglesia, pasados unos meses Candy Recibió la visita de George, en su trabajo, el moreno se asombró al verla, Lucía hermosas con su ropa de maternidad, las lágrimas corrieron por los ojos del hombre, recordando lo mucho que su muchacho amaba a la rubia, sí su William estuviera tal vez....... pensaba el hombre

-George, saludó la rubia

-Señorita, contestó por la costumbre

-Ahora es Señora George, me case y ahora mira decía acariciando su abultado vientre, él sonreía al observarla

-Se ve hermosa, Señora Candy es necesario que asista a una reunión, que se hará en el corporativo en tres días, por favor preséntese con su esposo, George le entregó una especie de invitación donde especificaba la hora, el día y a la hora prevista el Señor y la Señora White hacían entrada a la sala de juntas del Corporativo Andrew para la lectura del testamento de William A Andrew...............

Eso que allí sucedido es parte de otra historia

HASTA EL FIN DEL MUNDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora