CAPÍTULO XLVIII

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Los personajes son creados por la escritora Kyōko Mizuki, uno de los seudónimos de Keiko Nagita, y la mangaka Yumiko Igarashi, seudónimo de Yumiko Fijii, publicado en Japón por Kōdansha Ltd. desde 1975 a 1979.

-¿Qué rayos fue eso Antuan ? ve por tu mujer, el hombre reaccionaba y corría tras ella varios hombre de seguridad lo seguían. Gerald Novack veía la escena con fastidio, era un joven de unos veintiocho años la heredera , se supone que venia a consolidar un compromiso fijado por sus abuelos, cosa que le molesto profundamente, entre sus interés no estaba el matrimonio o los hijo, acepto aquella ridícula situación para no tener que soportar a sus padres y porque la chica recibirá una cuantiosa fortuna, aquello era algo que no podía dejar pasar, pues él futuro esposo de la chica seria quien la manejara siguiendo la tradición de la época y por si fuera poco aquel matrimonio vendría coronado con un titulo nobiliario.

-Me retiro, no soporto los espectáculos, deberían controlar mejor a su hija y su yerno,  es realmente patético lo que hacen. Rebeca y Fillepe Hamilton lo veían duramente.

-No sé porque te empeñaste en avisarle a esa gente, tu prima no es ninguna niña, tal vez ya tiene su vida hecha y este hombre tan solo sera una molestia.

-Yo no les avise, el padre de ese gusano estaba en el despacho del abogado cuando recibió la carta, pobre muchacha lo que le espera si llega a casarse con él, vamos a buscar a nuestro hijo seguramente va a necesitar apoyo, no entiendo como se le ocurre que alguien seria capaz de cederle a su hijo.

-Tal ves no era eso lo que pretendía decir, a esa niña terminara espantando al pobre muchacho,. no es normal que asuma esa actitud, el ansia tener un hijo y es algo normal.

-Eso, seria un apena cariño, ambos se levantaban y salían del restaurante con rumbo al hotel.

Ya había pasado la hora del almuerzo y su hija y su yerno no terminaban de aparecer, estaban en una ciudad extraña en el extranjero, en aquel lugar no conocían a nadie, la pareja estaba realmente preocupada, el odioso de Novack ni se había molestado de avisarles que se iría de paseo.

En el puerto las maletas y algunos baúles, se habían registrado, todo estaba en total normalidad, o eso creían ellos, a la hora del abordaje justo frente a la escalerilla de abordaje se encontraban unos agentes, a todas las parejas con niños pequeños las revisaban, al percatase de la novedad Stear tomo al pequeño y le cubrió la cabeza, Alan se aproximo con cautela y pudo escuchar la conversación de aquellos hombre, Alec sacaba a los rubios casi arrastra de la fila en la que estaba y se quedaba con ellos, no se arriesgo a dejarlos solos por lo que sus hombres abordaban sin darse cuenta de lo que estaba pasando.

-No creo que esa mujer secuestrara a su propio hijo, esto es algo ridículo.

-Escuche en la estación, que el pequeño es el heredero de una de las fortunas mas grande del país, aquello hizo que Alan se fijara en un retrato hablado, la imagen de la mujer era muy parecida a la cara de Candy y aún que no podía ver bien el boceto del pequeño, casi estaba seguro que seria de su pequeño sobrino.

-Es su madre, decía el otro hombre molesto.

-Ya sabes como son los ricos, quizás la pobre es una víctima pero ordenes son ordenes.

Alan se hacia el distraído y tropezaba al hombre que traía los bocetos en la mano y al chocar con el todo se le caía al suelo al igual que él, el hombre traía varios papeles en la mano y con pericia Alan escondía en su gabardina uno, ayudaba a recoger los otro papeles se disculpaba y salia casi corriendo de la vista de aquellos hombres.

HASTA EL FIN DEL MUNDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora