CAPÍTULO LVII

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Los personajes son creados por la escritora Kyōko Mizuki, uno de los seudónimos de Keiko Nagita, y la mangaka Yumiko Igarashi, seudónimo de Yumiko Fijii, publicado en Japón por Kōdansha Ltd. desde 1975 a 1979.

-Le haríamos un favor a la pareja que lo adoptaría y al pequeño, después de todo no es más que un bastardo, pues el matrimonio de sus padres no es válido, al escuchar aquello Albert se levantó y se fue contra él hombre, lo tomó de la solapa del traje y lo lanzó contra la pared tras él.

-En su vida se exprese nuevamente de esa manera de mi hijo, no son más que un par de sanguijuelas, parásitos que quieren aprovecharse de mi mujer, en ese momento una Annette bañada en lágrimas salía de la nada.

-¿Cómo es posible que pretendan despojar a mi prima de su hijo? son unos monstruos, no les basto manipularme y casarme con quien se les antojo, si no que quieren arruinar la vida de una familia por dinero.

-Cállate Annette, bien podrias ser tu quien se quede con ese niño, esto te beneficia a ti más que a nadie tendrías un hijo que cuando menos seria de tu sangre, no eres capaz de engendrar un hijo para asegurarnos un futuro digno y pones reparo en esto, eres una malagradecida, Albert arrojaba al hombre al suelo con desprecio al escuchar lo que le decía a la pobre muchacha, quien tambaleante buscaba apoyarse en el mueble más cercano.

-Son un par de personas detestables, decía el rubio ante lo dijo por aquelhombre, Alan corría hasta Annette para evitar que se derrumbara contra el suelo.

-Fue un error notificarles que había encontrado a mi hermana, pueden estar seguros que utilizare todos los recursos de los que dispongo para mantenerlos alejado de ella.

-¿En dónde está Antuan Annette? Albert se aproximaba a la muchacha que temblaba como una hoja parecía estar al borde de un colapso nervioso.

-No lo sé salió, dijo que regresaba en un rato, verla tan frágil lo hizo recordar a su pequeña, esta muchacha se le parecía tanto.

-¿Qué relación tienes con esta gente? pregunto Alen.

-Estas personas... ellos .. dicen ser mis padres, la chica hablaba con la voz quebrada.

-Ve por tus cosas Annette, no te voy a dejar aquí en este estado, Albert tomo el control de la situación y si esta chica era prima de su mujer, él también cuidaría de ella hasta que su esposo llegara, Antuan parecía ser una buena persona al igual que su esposa.

-No puede llevarse a mi hija, Rebeca trató de tomar el brazo de Annette pero Albert se lo impidió, antes de que pudiera tocarla él le agarró la mano con tanta fuerza que la mujer se queja de dolor.

-Intente detenerme para que vea de lo que soy capaz, la mirada de aquellos ojos azules era gélida y algo en ella hizo que la mujer retrocediera un par de pasos.

-ES MI HIJA, gritó él hombre tratando de imponerse, posicionándose detrás de su mujer dándole su apoyo, estos no notaron que Antuan estaba parado en el umbral de la puerta observando todo aquello con dolor y horror.

-Ella es mi mujer y se puede ir si es lo que ella desea, muchas gracias Albert, chicos por favor sáquenla de aquí, en cuanto pueda los alcanzo, tengo un par de cosas que arreglar con esta gente, Annette sin esperar nada más, se levanta tambaleante para salir lo más rápido posible lejos de aquel lugar, tras ella iban Albert, Alex y Alan, aquella había sido una experiencia por demás desagradable.

Hicieron todo el trayecto hasta la casa a pie y en total silencio, de cuando en cuando se escuchaban los sollozos de Annette que luchaba por contener su llanto sin mucho éxito, los tres hombres se sentían mal por la chica, que sus padres la atacaran de aquella manera delante de ellos, debió dolerle mucho.

HASTA EL FIN DEL MUNDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora