CAPÍTULO X

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Los personajes son creados por la escritora Kyōko Mizuki, uno de los seudónimos de Keiko Nagita, y la mangaka Yumiko Igarashi, seudónimo de Yumiko Fijii, publicado en Japón por Kōdansha Ltd. desde 1975 a 1979.

La ira de Elroy Andrew No se hizo esperar ante la inminente partida del notario, George no quiso comunicarle lo que ocurría pues la mujer expresó abiertamente sus malos deseos contra la rubia, cosa que le indignó y le ayudó a decidir renunciar a los servicios de aquella mujer si resultaba ser la heredera de la fortuna de su querido muchacho, aunque fue su mentor cuando su joven amigo redactó aquel testamento no le comunicó el contenido del mismo, por ello no tenía ni la más mínima idea de lo que él contenía, como siempre su prudencia se hizo presente y en un descuido de Elroy tomó al joven Archie por un brazo y lo llevó casi arrastra hasta a fuera de la mansión.

-¿Joven Cómo es posible que usted no pensará en la señora candy cuando recibió esa llamada? La cara del muchacho era de total desconcierto.

-¿George tú crees que si le hubiera pasado algo a Candy ..? El joven se vio interrumpido por un George furioso.

-La verdad a veces dudo si es que ustedes realmente es tan tonto o es que se hace ¿acaso preguntó usted por ella? ¿Preguntó cuál es la emergencia? ¿para qué o quién necesita la sangre? Archie realmente no entendía nada de nada.

-Más vale que me acompañe si no quiere lamentarlo luego, George caminaba a paso ligero hasta uno de los autos y Archie que comenzaba a entender las palabras de George comenzó correr hasta alcanzarlo.

-¡Por Dios santo George! estaba tan molesto que no me detuve a pensar en eso, ni tan siquiera deje que el pobre hombre me explicara lo que sucedía.

El trayecto se hizo eterno para los dos hombres que temían lo peor.

Annie ya en camino observaba a su acompañante en silencio, él estaba inmerso a en sus recuerdos, el dia de su boda se veía tan hermosa, nunca iba a olvidar lo radiante que se veía caminando hacia el altar, tampoco como sus ojos se llenaron de lágrimas cuando Annie le presentará su presente de bodas nada más y nada menos que él, él era su regalo de bodas, Candy llora al verlo vivo, después de tanto tiempo creerlo muerto estaba ante ella su amado primo el mismísimo inventor su querido Stear.

-Stear, gritaba la novia y caía desmayada, su esposo corría a sostenerla evitando que se golpeara, pues su regreso no fue la única sorpresa que se conocería ese día, Martín después de revisar a la novia les daba la hermosa noticia de que estaba esperando un bebé, al llegar Annie y Stear al hospital encontraron a un rubio abatido y a Paolo tratando de animarlo sin tener muho exito.

-Albert, Albert, la morena corría hasta el que parecía ausente en sentado viendo hacia dónde momento antes se había ido la última enfermera que les había dado información sobre la rubia y su bebé.

En ese momento el médico que la atendía salía y Albert al divisarlo ae levantaba sin prestar atención a los recién llegados.

-¿Jhon Cómo están? La cara del hombre era de preocupación, durante el embarazo se había dado una bonita entre la pareja y él, por lo que trataría de salbar a ambos.

-Tú esposa es una mujer muy necia Albert, así que apeló a tu buen juicio, es necesario practicarle una cesárea y ella insiste en un parto natural, su ritmo cardíaco está un poco bajo y no quiero correr riesgos.

-¿Tu consideras que una cesárea es más seguro Jhon? El rubio confiaba plenamente en el médico.

-Si, pero la última palabra la tienes tú Albert, debes firmar una autorización y puedes hablar con ella mientras yo voy preparándolo todo.

HASTA EL FIN DEL MUNDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora