CAPÍTULO VIII

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Los personajes son creados por la escritora Kyōko Mizuki, uno de los seudónimos de Keiko Nagita, y la mangaka Yumiko Igarashi, seudónimo de Yumiko Fijii, publicado en Japón por Kōdansha Ltd. desde 1975 a 1979

Besos iban y venían entre los rubios, no necesitaban palabras, entre ellos dos una mirada era suficiente para que se desatará la pasión, tan solo una semana había pasado desde que se declararán su amor y cada día se necesitaban más, hacer el amor era como una droga entre ellos, mil caricias y mil besos ya no eran suficiente, cada vez necesitaban más el uno del otro, era más fuerte que ellos el deseos, era vital cómo el aire cada caricia cada beso cada encuentro.

La noche les pareció corta a los dos, necesitaban más tiempo, más caricias, el recordar la presencia de Annie en la casa lee hizo recobrar la cordura, con pesar se levantaron para atender a su invitada.

-¡Buen día chicos! Annie se estaba divirtiendo al ver la cara apenada de la pareja.

-Annie yo..yo. no pienses mal, Candy sentía como su rostro se iba calentando por el sonrojo.

-Tranquila, yo no tengo porque pensar mal, pronto se van a casar, eso es lo importante, eso sí, que Archie no se entere o a ti te ira muy mal, la morena veía al rubio y lo señalaba.

-Pues Archie tendrá que guardarse su opinión, nosotros estamos enamorados y no vamos a permitir que nadie nos haga sentir mal, además todos los vecinos nos creen casado, la rubia levantaba los hombros y restando importancia a lo dicho por Annie y comenzó a preparar el desayuno.

Albert la veía con total adoración, definitivamente ella era su vida, su amor y su todo, la morena los observaba sonriente, desde siempre había visto aquella mirada en él ¿Cómo no se dieron cuenta antes el amor que se tenían?

-Definitivamente no hay peor ciego que el que no quiere ver, pensó Annie mientras tomaba un café.

-¿Y cuál es la noticia que nos iban a contar anoche Annie? Albert con esto sacaba a su casi cuñada de sus pensamientos.

-Ummmmm van a tener que esperar hasta que llegue Archie, la rubia se voltea con los ojos abiertos de par en par.

-¡Hay que ver cómo juegas con mis sentimientos! ¿Esperar por Archie? La expresión del rostro de Candy era todo un poema, era una mezcla de asombro y frustración, luego hizo un puchero tan gracioso que Annie no pudo evitar soltar un sonora carcajada, mientras Albert se levantaba e iba a consolarla.

-ja ja ja ja ja ja que curiosa eres, tu nunca vas a cambiar, el rubio la abrazaba mimoso, realmente su mujer era muy curiosa.

-Más le vale Annie, más le vale, la amo así tal cual es.

-Yo también te amo Albert, es solo que es algo que le corresponde contar a Archie no a mí, la morena sonreía divertida.

-Entonces será hasta mañana que me entere porque hoy me toca guardia nocturna, la cara de decepción de la chica no se hizo esperar.

-Yo inicio mi turno a las diez de la mañana, el rubio veía su muñeca para verificar la hora, aun temprano.

-Olvidé por completo que ustedes tenían que trabajar, la chica puso cara de fastidio.

-Así es la vida de los pobres mortales hermanita, decía la rubia llevado varios platos con fruta picada, pan, tocino y huevos revueltos.

-Voy a ver si puedo tomarme un día libre, con todo lo de la boda no he querido faltar, queremos irnos de luna de miel al hogar unas dos semanas y luego unos días a florida, los rubios se veían directamente a los ojos mientras se tomaban de las manos.

-Si me lo permiten yo quisiera regalarles ese viaje a florida, Annie quería ayudarlos y sabiendo lo orgullosos que eran el ayudarles con el viaje era una buena manera.

HASTA EL FIN DEL MUNDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora