Nee... Aizen tou-san?

Capítulo 5

Nee... Aizen tou-san?

Capítulo 5

Ya había pasado una semana desde que Harribel la había llevado al mundo humano. Ya había acomodado sus peluches en su habitación. Los mas grandes en el piso, alrededor de su cama, y los que eran más pequeños encima. También había acomodado su ropa en su armario y casi siempre se la colocaba en vez del uniforme de los arrancar; y aunque más de una vez Gin le había dicho que se vistiera con el uniforme para que Aizen no la regañara, éste al parecer no le daba la más mínima importancia. Durante esa semana ya había conocido, siquiera de vista, al resto de los Espadas. Algunos le parecieron un tanto raros, pero no por eso significaba que le cayeran mal. También habían otros que eran más "normales", como Stark y su fracción Lilynette, quien una vez la invitó a jugar. Vaya que la pasaron bien despertando una y otra vez a Stark. También se encontró con Barragan, recordó cuando lo llamó "abuelo" y sus fracciones casi les da un infarto. Fue un momento muy incómodo, pero ahora que lo recordaba hasta le causaba gracia.

Durante esa semana no vio mucho a su padre, la ultima ve que habló con el fue cuando Harribel y ella fueron a entregarle el té. de resto solo lo había visto por los pasillos. No había querido molestarlo, pues supuso que estaba ocupado. distrajo sus pensamientos pensando en alguna broma que pudiera jugarle al de sonrisa zorruna como venganza por haberle asustado a tal punto de gritar cosas incoherentes frente a Aizen. Aun no se olvidaba de aquello. No lo había hecho antes porque la verdad era que no sabía que broma hacerle. Tal vez le pediría ayuda a alguien, pero no sabía muy bien a quien, aun no tenía la confianza como para preguntarle a algún Espada si podía ayudarla en su pequeña venganza, y además Harribel y sus fracciones no estaban disponibles, pues Aizen las había enviado de misión. Tal vez podría preguntarle a Szayel-an si tendría algún invento que le sirviera, pero ahora que recordaba, Aizen le había prohibido el acceso a su laboratorio por dos meses. Lo primero que haría cuando consiguiera hablar con su padre sería pedirle que le levantara el castigo a Szayel.

Decidió salir a dar una vuelta, ya llevaba mucho tiempo tirada en su cama y estaba aburrida. Pensó en ir a ver si Aizen estaba en el salón del trono, tal vez podría hablar con él sobre el castigo de Szayel. Si tenía algo de suerte lograría convencerlo. Al poco tiempo llegó a la sala donde se suponía debía estar el Emperador de Las Noches, tocó la puerta y al escuchar un "adelante" ingresó en la sala. Apenas entró buscó el rieatsu de otras personas; no fuera a ser que dijera "Aizen tou-san" y hubiese alguien por ahí de chismoso escuchando.

- Que sorpresa verte por aquí, Hikari-chan -dijo el mayor sonriendo.

-Solo quise salir un rato porque estaba muy aburrida en mi habitación, así que aproveché de venir a visitarte Aizen tou-san -dijo sonriendo - además, también quería pedirte algo- dijo jugando con un mechón de su cabello.

-Bien, te escucho.

-Pues, quería pedirte que le anularas el castigo a Szayel-san -dijo mirando a Aizen a los ojos con determinación.

- Oh? y porque debería?- dijo el mayor sintiendo curiosidad por lo que respondería la pequeña.

-Etto.. porque siento que es mi culpa. Un día paseaba por los pasillos cuando lo vi en una esquina oscura en posición fetal al borde de un colapso mental y pues... me sentí culpable -dijo con la mirada baja. Por su parte Aizen le sorprendió un poco eso, pero muy poco. Aquella niña le recordaba remotamente a su ex-teniente, Hinamori Momo.

-está bien, anularé el castigo -dijo sorprendiendo a la menor -ve a darle la noticia.

-hai! arigatou Aizen-tou-san! -dijo feliz Hikari, aunque le extraño bastante que hubiera aceptado tan fácilmente. De igual forma, de verdad se lo agradecía mucho, así que sin previo aviso subió hasta el trono y se lanzó a abrazar a su padre, dejándolo perplejo ante tal acto. Sin duda eso no lo había planeado. Hikari al darse cuenta de lo que estaba haciendo entró en pánico -go..gomenasai! -dijo soltando rápidamente al ex capitán, quien aun no salía de su estado de shock. La menor al ver que Aizen no hacía ni decía nada empezó a alarmarse, así que empezó a disculparse repetidas veces hasta que al fin el mayor reaccionó.