Capítulo 26

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Nee... Aizen tou-san?

Capítulo 26

Poco a poco se iba acostumbrando a la luz y fue enfocando la vista en las figuras frente a él.

No fue capaz de disimular su asombro, e incluso llegó a pensar  que se trataba de alguna alusinación o un retorcido sueño.

- ....Hikari... - dijo Aizen al verla. Ella había crecido un poco y la semejanza entre ambos era más visible. La aludida sonrió levemente.

- Hola... Otou-san. Perdona por tardar tanto, pero debía de encontrar una forma de liberarte pacíficamente - deifinitivamente aquello era real, ella de verdad estaba ahí, frente a él. Sosuke sintió como su pecho se oprimía ante aquellas palabras y las lágrimas querían salir en contra de su voluntad. Pero hacía lo posible por no derramar ni una lágrima, no frente a ellos. Mordió su lengua tratando de controlarse.

Casi todos los presentes se sorprendieron de ver a Aizen con los ojos cristalizados, con un brillo que antes no existía, ni siquiera antes de su traición.

Yamamoto golpeó con su bastón el suelo llamando la atención de los presentes y miró fijamente a Sosuke.

- Diez minutos, sólo eso tendrán - dijo autoritario.

Kyoraku y Ukitake se apresuraron a liberar a Aizen en silencio, aunque una pequeña sonrisa se podía ver en sus rostros.

Cuando Aizen estuvo libre, se retiraron todos a excepción de Hikari, quien de inmediato corrió hacia él, por un momento creyó que le recriminaría unas cuantas cosas. Pero contrario a lo que pensaba, ella se lanzó hacia sus brazos, envolviéndolo en un efusivo abrazo.

Sosuke al sentir de nuevo ese calor que tanto añoraba y escuchar el llanto de su hija contra su pecho, no pudo evitar dejar escapar un par de lágrimas de felicidad.
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Mientras tanto, cierto espíritu miraba hacia el cielo gris, viendo como unos tenues rayos de luz ilumunaban poco a poco el suelo a su alrededor.

Mientras tanto, cierto espíritu miraba hacia el cielo gris, viendo como unos tenues rayos de luz ilumunaban poco a poco el suelo a su alrededor

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- hmm? - observó a su alrededor, viendo como de a poco los colores volvían a su entorno lentamente.

Abrió sus ojos con sorpresa al ver crecer la vegetación, su panteón empezaba a reconstruirse. Repentinamente sitió un calor provenir de su pecho.

- Hikari...? - llevó su mano a su rostro al sentir algo resbalar por sus mejillas. Sin darse cuenta estaba llorando.
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Y toda la soledad que sentía se desvaneció.

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- Hikari, pequeña - susurró Aizen con alivio, y hasta alegría se podría decir. Ignorando el dolor en su cuerpo por la falta de movilidad, no supo en que momento terminaron los dos arrodillados en el suelo, pero poco y nada le importaba. Sintió sus pequeñas manos aferrarse con desesperación a su espalda, temblando levemente, como si temiera que en cualquier momento fuera a desaparecer, mientras lloraba a todo lo que sus pulmones daban, dejando salir el dolor de haber estado separados por tanto tiempo y sin siquiera saber nada el uno del otro. En respuesta la estrechó un poco más fuerte contra él acariciando su cabeza para calmar su llanto mientras la abrazaba con todo el cariño que podía, demostrándole lo mucho que la había echado de menos - shh tranquila pequeña.... Estoy aqui contigo - le dijo suavemente, para luego besar su coronilla. Por fin podía tenerla de nuevo entre sus brazos.

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