Especial 4

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Sólo quiero aclarar que en éste especial no aparecerá Akane.
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No lo había pensado mucho, tan sólo quería librarse de sus aburridas responsabilidades (acompañar a Tousen al bosque de los Menos, asistir a las tediosas reuniones, etc) por unas horas. Además, no perdía nada, y hasta podía aprovechar la oportunidad de molestar un poco a Aizen, eso debería declararse como un deporte extremo, al igual que "pica al Gusi con una vara" *inserte voz del Dr. Doofenshmirtz* (asi se escribía?)

-E..está seguro de ésto, Ichimaru-sama? - preguntó como por quinta vez el Espada.

- que sí, hazlo *ésto será divertido* - Szayel asintió aun un poco inseguro y accionó unas palancas y botones, provocando que varios rayos de energía o lo que sea envolvieran al shinigami.

Cuando el humo se disipó, el científico se acercó temeroso a la camilla, donde ahora sólo quedaban las ropas del shinigami y debajo de éstas un pequeño bulto que no se movía.

- Ichimaru....sama? - preguntó preocupado - hay no, lo maté! Asesiné a un superior! Qué le voy a decir a Aizen-sama?! - se tomó la cabeza empezando a temer por su vida.

- cof cof wow! Eso estuvo de locos! - de entre las ropas se asomó una cabecita plateada. El científico se acercó para observar el resultado de su experimento. El antes ex capitán del Tercer Escuadrón ahora era sólo un niño que aparentaba unos 14 años aproximadamente - me siento más joven, sabía que funcionaría. - observaba su cuerpo, sus pequeñas manos y pies.

Los sonidos de unos pasos acercándose llamaron la atención de los dos presentes, quienes al voltear se encontraron con la "princesa" de Hueco Mundo, como la había llamado Grimmjow una vez.

- Nee Szayel-san, has visto a.... - llegó paseando su mirada por todos lados hasta que se centró en el peliplata que se encontraba aun sobre la camilla, cubierto por sus antiguas ropas que ahora le quedaban demasiado grandes.

- Hola Hi-chan - saludó sonriendo zorrunamente y agitando la mano.

- Gin-sama? - se acercó a el niño sin apartar la vista de su rostro - *es.... lindo* - se reprendió mentalmente por su pensamiento - *qué rayos digo? Es mi tío!*

- si, soy yo - se colocó de pie sosteniendo las prendas que lo cubrían. Era un poco más alto que Hikari, por 10 centímetros, tal vez un poco menos.

- pero.. porqué eres un niño? Qué sucedió? - detrás de ellos el pelirrosa se aclaró la garganta, llamando la atención.

- me pidió que lo transformara en un niño por 12 horas.

- y Otousan sabe de ésto? - preguntó mirando a Gin, quien tragó duro.

- pues... no, no se lo he dicho. Pero yo me encargo de eso luego - dijo en cuanto la castaña arqueó una ceja un tanto molesta.

- prometiste que yo quedaría impune, más te vale que sea cierto porque no pienso lidiar con la ira de Aizen-sama - Szayel se cruzó de brazos frunciendo el ceño. Hikari soltó un casi imperceptible suspiro mientras el Espada le pasaba una Yukata blanca al peliplateado para que se vistiera.

- hey tranquilos, ahora mismo voy a decircelo - una vez vestido dio media vuelta para salir, sin embargo, al cruzar el marco de la puerta chocó contra algo, o mejor dicho, alguien - Ite! - se quejó sobandose su nariz

- decirme qué? - bajó su mirda hacia el niño - Gin? - abrió sus ojos un poco más de lo normal.

- eeeh..  si! jeje, soy yo. Desde aquí se ve más alto, Aizen-taicho - rascó su nuca nervioso - n..no lo crees Hi-chan? - no le daba muy buena espina su expresión enojada - por el Rey Espíritu, Hikari-chan, sálvame! - se refugió detrás de la niña, quien no pudo evitar sonrojarse ante la cercanía. Afortunadamente nadie lo notó, pues el lugar estaba un poco oscuro. Aizen se llevó una mano al rostro, como una especie de face palm.

Nee... Aizen tou-san?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora