Capítulo 11

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Nee... Aizen tou-san?

Capítulo 11

Luego de los acontecimientos en el salón del trono, Aizen ordenó que llevaran a Orihime a una habitación/celda y Ulquiorra sería el encargado de custodiarla.

El pelinegro obedientemente la escoltó y sin decirle nada la dejó sola, encerrada dentro de la estancia. La chica sólo se arrodilló angustiada por lo que pasaría de ahora en adelante, y para desviar sus pensamientos, se concentró en observar la luna de Hueco Mundo.

Probablemente esa era la única cosa que le agradaba de aquel lugar. Así, paso horas observando el cielo nocturno, perdiendo de a poco la noción del tiempo, sin saber si era de día o de noche...

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Volviendo con cierta castaña, el resto del día se la pasó vagueando hasta que se cansó. Y a la hora de dormir, le costaba conciliar el sueño, pues estaba emocionada por entrenar con su padre.

Se la pasaba constantemente vigilando el reloj y cuando por fin marcaba una hora decente para levantarse, corrió al baño para asearse como de costumbre.

Luego de pasar unos minutos intentando decidir que ponerse, optó por usar por primera vez su uniforme arrancar. Consistía en en chaleco largo con mangas hasta el codo, de cuello alto que llevaba abierto, con una camisa blanca debajo, junto con una falda-short que le llagaba hasta un par de centimetros por encima de la rodilla y para terminar, sus botas favoritas, que eran blancas con detalles plateados.

No lo había usado antes no porque no le gustara, es más, le encantaba, pero le parecía que llamaba mucho la atención. Sin embargo, pensó que la situación lo ameritaba.

-*es una ocasion especial*- se dijo a sí misma sonriendo, mientras terminada de recogerse el cabello para que no le estorbara. - Listo! Iré a buscar a Tou-san - apenas dijo eso su estomago rugió - aunque... Supongo que podría comer algo antes.

Mientras iba en busca de su desayuno se topó que la Quinta Espada quien la saludó revolviéndole el cabello sin importarle que lo tuviera recogido.

- Nnoitra-san! - hizo un mohín intentando acomodar un poco su coleta - porqué a todos les gusta despeinarme? - se quejó, aunque a ojos del pelinegro le parecía algo gracioso y, hasta cierto punto, tierno. Sonrió mostrando sus dientes.

- lo siento Chibi-chan, es que tu cabello se ve despeinable y pues, no me pude resistir - fue la excusa que dió, encogiéndose de hombros - además, es mi forma de saludarte - sonrió.

- mooo, está bien, sólo por eso dejaré que lo hagas - vió como el pelinegro volvía a acercar su mano con claras intenciones de volverla a despeinar. Rapidamente atajó su mano - pero no a cada rato! - Nnoitra rió divertido.

- ok, ok... Y bien? Quieres ir a entrenar ya?

Hikari abrió los ojos, lo había olvidado por completo. Pasó tanto tiempo emocionada por ir a practicar kido con su padre que no recodó el entrenamiento con Nnoitra. Intentaría explicarle lo mejor posible que no podría ir con él. Le rogaba al Rey Espíritu que no se enojara.

- etto... Lo siento mucho Nnoitra-san, pero hoy no podré ir a entrenar contigo. Es que Aizen tou-san me ayudará a practicar kido y... ¡por favor no te enojes! - la menor tenía la cabeza baja temiendo ver una expresión molesta en el rostro del Espada. Ni cuenta se dió de su desliz al llamar a Aizen 'papá' claro que no pasó desapercibido para su acompañante.

- Aizen.... tou-san? - repitió con un deje de diversión. Sólo esas dos palabras bastaron que entender lo que sucedía con Aizen.

La menor se dio cuenta de su error e intento arreglarlo.

Nee... Aizen tou-san?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora