Capítulo 29: Diferencias

13 1 0
                                    

La escena que se vio a continuación se centraba en un joven acostado en una cama. El chico tenía una manta por encima y observaba lo que acontecía fuera de su habitación a través de una ventana que tenía al lado. La luz de ésta iluminaba su cuerpo, el cual, desde el punto de vista de Eri, tenía un aspecto extraño: la cabeza tenía forma humana, sin embargo, un par de alas de diferente forma surgían de su espalda, una como la de un murciélago y la otra parecida a la de un insecto; además, sus extremidades superiores tenían una longitud considerable dado el tamaño de su cuerpo, siendo peludas, de color negro y tomando un aspecto puntiagudo.

De repente, a la habitación entraron tres personas. Dos de ellas eran Chaos y Biblia, mientras que la tercera era una niña con una especie de muñeco en sus brazos. Se trataba de Mammon.

-¿Cómo te encuentras, Zebub? –preguntó Chaos.

El demonio se giró hacia él, esbozando una débil sonrisa.

-Por el momento, bien. Aunque sigo sin poder adoptar una forma más...visible...

-Lo importante es que te recuperes. ¿Has comido algo?

-No mucho...

-¡Eres un debilucho! –se quejó la niña.

-Él no tiene la culpa de ser de constitución débil, Mammon.

-Je, es irónico, hay otros demonios que me tienen miedo por mi verdadera forma, sin embargo, soy enfermizo y frágil... –Beelzebub agachó la cabeza- Dime, Chaos, ¿por qué me hiciste de esta manera?

El creador de los demonios dio un largo suspiro y cogió una silla cercana para situarse al lado del joven.

-Verás, Zebub, tanto los demonios como los ángeles son imperfectos, pero es cuando eres de esa forma cuando puedes superar tus propios límites. La perfección, por el contrario, es una imagen que nos hacemos donde dichos límites ya están alcanzados. No puedes dar lo mejor de ti mismo siendo alguien perfecto.

-¿Quieres decir que sólo aquellos que lo han pasado mal pueden superarse a sí mismos?

-No tienen por qué haberlo pasado mal –respondió Chaos con una sonrisa irónica-. Alguien que no tiene la imagen de ser lo suficientemente bueno, puede ser mejor.

-No estoy seguro de entenderlo.

-Lo entenderás. Y ahora, voy a prepararte tu medicina –dijo mientras se levantaba de la silla y se disponía a salir de la habitación- Quédate con ellos, Biblia.

-Claro –respondió ella ocupando su sitio junto a la cama de Zebub-. ¿Quieres ir a ayudarle, Mammon, o prefieres quedarte aquí y animar a Zebub?

-¡¿Qu-quién querría hacer algo así?! ¡Yo sólo he venido porque estaba aburrida!

-Pues antes de entrar parecías bastante preocupada por él... –comentó Biblia llevándose una mano a la boca para ocultar su sonrisa.

-¡E-eso no es verdad! ¡Jamás me preocuparía por un debilucho como él!

-Ah...tan repelente como siempre...no me extraña que los demás se alejen de ti... –se quejó Zebub.

-¡Como si me importaran! ¡Algún día todos ellos serán mis sirvientes, y me construirán la casa más grande de todas, y me darán todo lo que les pida, y terminaré siendo la reina del mundo que lo tendrá todo! ¡Todo!

-No estoy segura de que Chaos tenga buena opinión sobre ello... –dijo Biblia.

-¡E-eso no importa! ¡Él también será mi sirviente!

Defenderé a los demoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora