Capítulo 52: Claude

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-Como supongo que ya sabréis –comenzó Michael-, Remiel y yo hemos decidido relevar a Thyra de sus tareas como asistente de la gobernadora. Después de lo ocurrido en Nápoles, nos ha quedado claro que no es apta para esa tarea y que sus habilidades estarán a mejor disposición en otros lugares.

-No estoy de acuerdo –replicó Hana, aguantándose las ganas de levantarse y gritárselo al oído-. Todo lo que tuvo que ver con mi secuestro fue idea mía. De hecho, gracias a ella no sufrí ningún daño, por lo que cumplió su tarea perfectamente.

-Si hubiese cumplido su tarea perfectamente, tal y como dices, no te habría permitido hacer algo tan peligroso.

-¡¿Acaso no forma parte de sus labores asistirme en todo momento?! –exclamó la demonio, cuyo tono de voz empezó a subir conforme iba disminuyendo su paciencia- Además, lo que yo haga es de mi propia incumbencia.

-"En todo momento" no equivale a lo que tú quieras. Un arcángel debe saber diferenciar cuándo alguien está equivocado y ponerse en contra si es necesario. Además, desde el momento en que te convertiste en alguien de importancia a nivel público, tú seguridad dejó de ser sólo incumbencia tuya.

-¡Ella confió en mí! ¡Algo de lo que vosotros no parecéis ser capaces!

-Lo siento, pero eres demasiado importante como para arriesgarnos.

-¡Sólo estás imponiendo tu opinión!

-Calmémonos un segundo, ¿de acuerdo? –intervino John, viendo que Hana estaba llegando al límite- Si me lo permitís, jamás he visto una unión como la de ellas dos. Desde que las conozco, no han dejado de lograr una hazaña tras otra. Gracias a su trabajo, tanto en Roma como en otras ciudades del imperio se ha abolido la esclavitud o está en proceso de hacerse, y si han llegado hasta aquí, ha sido porque lo han hecho juntas.

-Eso es irrelevante. Estoy seguro de que con Sariel también habrá grandes resultados.

-¡Pero si acabo de conocerle! –se quejó Hana.

-Estoy de acuerdo en que Sariel es más que apto para el puesto –declaró Thyra.

-¡Thyra! –exclamó la demonio, sorprendida por las palabras de su amiga.

-Aun así, creo que si existen alguien capacitado para comprobar si es el más apto, esa soy yo.

-¿Qué insinúas? –preguntó Michael.

-En su trabajo, deberá enfrentarse a muchos enemigos. Algunos de ellos, puede que muy poderosos. Siendo así, propongo un combate para comprobar su fuerza.

-No pienso aceptar un combate contra ti, Thyra –declaró Michael-. Todos sabemos que eres más poderosa que él. Eso no demostraría nada.

-Nunca he dicho que yo vaya a ser quien pelee. Ahora mismo estoy entrenando a Uriel para que me sustituya.

-¿Entonces quieres que sea Uriel? No lo entiendo. ¿Si gana, no significará que es ella la más apta?

-Ya lo entenderéis durante el combate.

Aquella sentencia hizo que, durante unos instantes, todos los allí reunidos se quedasen en silencio, mirándose los unos a los otros, como esperando a que alguno respondiese.

La propuesta de la arcángel había dejado a todos algo confusos, aumentando la tensión que ya de por sí había. Finalmente, fue Michael quien se atrevió a continuar.

-De acuerdo. Esta vez lo haremos a tu manera, pero esto no resuelve nada. Incluso en el hipotético caso en que Uriel ganase, seguirán sin haber motivos para devolverte a tu anterior misión. Lo entiendes, ¿verdad?

Defenderé a los demoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora