Capítulo 30: Cambios

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-¿Y bien? ¿Para qué nos has reunido? –preguntó Mammon con el ceño fruncido.

-¿No ha venido As? –dijo Chaos en lugar de responder a su pregunta.

-Parece ser que no estaba interesado en venir... –declaró Luci.

-Ya veo –el creador de ángeles y demonios sonrió-. Entonces encargaos vosotros de decírselo.

Todos los pecados habían sido convocados en casa de Beelzebub, ya que éste seguía débil y no podía salir de su habitación. El único que faltaba era Asmodeus. Los demás observaban a Chaos con miradas de confusión, cuchicheando suposiciones entre ellos de vez en cuando.

-Contestando a tu pregunta, Mammon, el motivo por el que estáis aquí es para pediros una tarea muy importante.

-¿Algún recado? –preguntó Levi.

-No. De hecho, es probablemente una gran responsabilidad pero confío plenamente en vosotros para que la llevéis a cabo.

-¡Suéltalo! ¡No tenemos todo el día! –se quejó Mammon.

-Quiero que seáis mis guardaespaldas.

Se produjo un momento de silencio en el cual los pecados se miraron entre ellos.

-¿Perdón? –preguntó Luci.

-Lo que habéis oído. Quiero que me protejáis así como que guiéis a los demonios en caso de que yo falte.

-¡¿Estás en tus cabales?! –exclamó Mammon.

-Lo estoy. Creía que querías ser alguien más importante, Mammon –bromeó Chaos.

-¡S-sé lo que dije pero esto es...!

-¿Cómo se supone que vamos a hacer algo así? Nosotros somos... –Levi miró al resto como con cierto miedo a pronunciar las siguientes palabras, sin embargo, ellos, prediciendo lo que ella quería decir, asintieron-. Nosotros somos unos buenos para nada. Somos aquellos que hemos nacido diferentes entre los demonios, y que no encajan en su sociedad. No creo que estemos cualificados para una tarea así.

-Además... –continuó Bel- ...dentro de unos meses tendrás a un sucesor, ¿no es así? Estoy segura de que se encargará mejor que nosotros de ese trabajo.

Chaos miró uno por uno a los jóvenes y luego suspiró.

-Veréis. Durante todo este tiempo he hablado y me he relacionado con muchos ángeles y demonios. Y en ningún momento he encontrado quienes tengan más potencial que vosotros. Me habéis dicho que sois diferentes entre los demonios. Que no encajáis en la sociedad. Y ése es precisamente uno de los motivos por lo que sois ideales para esta tarea. Porque marcáis la diferencia. Este mundo cambiará, y los demonios se tendrán que ir adaptando a él conforme lo haga. Los únicos que podrán enseñarles cosas que desconocen sois vosotros, porque sois los únicos que vivís diferente a los demás, que sabéis lo que los demás no saben, aquellos que son distintos. Y una cosa más. Decís que sois buenos para nada pero dudo mucho que alguien que no encaja en la sociedad y, pese a ello, sigue viviendo y enfrentándose a ella, sea un bueno para nada. ¿O acaso alguno de vosotros ha huido de los otros demonios pese a ser tratado de otra manera?

Aquella charla les dejó sin palabras, dando lugar a expresiones melancólicas.

-No os subestiméis. Es posible que todavía os falte experiencia pero lo esencial ya forma parte de vosotros. En cuanto a mi sucesor, es posible que algún día esté sea capaz de dirigir a demonios y ángeles pero eso será cuando crezca lo suficiente. Y durante su crecimiento, espero que estéis ahí para apoyarle en todo lo que necesite –tras esto, Chaos se levantó de su sitio- Pensaos vuestra respuesta y decídmela cuando consideréis más oportuno. Al fin y al cabo es una petición, no una orden, por lo que la decisión es vuestra. Eso sí, os encomendaré este trabajo sólo si aceptáis todos. Ahora, podéis marcharos.

Defenderé a los demoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora