Capitulo 36: final

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Narra Daniel:

La amo, realmente la amo, y no me cansaría de decirlo. Soy el hombre más afortunado en toda la tierra por tener de vuelta a mi pequeña. Estoy completamente enamorado de esa chica loca. Me deja sin aliento al mirarla, y siempre será así. Recuerdo que al verla salir de clases junto a sus amigas y reía sin parar o la forma en que se cepillaba su cabello son sus delgados dedos, la forma en que parpadeaba repetidas veces... era completamente increíble.

Mi celular comienza a sonar interrumpiendo mis pensamientos, de mala gana, lo tomo y contesto sin ver quien era.

-¿Diga? - con una de mis manos libres frotó mis ojos, para luego, rascar mi barba.

-Daniel te he estado esperando por más de treinta minutos...¿donde estás? - oh no... mierda, me había olvidado completamente de Catalina

Me levanto rápidamente de la cama y corto la llamada, me doy una ducha de cinco minutos, de mi armario saco mi traje y en sólo minutos ya estoy dentro de mi coche con camino al aeropuerto.

Camino por todos lados, no hay rastro de mi pequeña hermana. Me adentro al aeropuerto y veo que en menos de diez metros cómo pelea y discute a regañadientes... pero sola.

Gruñe, se tira del cabello, hace cosas raras con sus brazos en el aire y eso me hace reír, pero de una forma exagerada...

No puedo dejar de reír, me comienza a entrar vergüenza, ya que la gente me mira extrañada.

Me doy vuelta para ver a Catalina, pero no alcanzó a verla ya que su torso o estómago se impacta contra mi rostro. Ella al hacer eso causa que me tambaleara y caigo de un impacto contra el suelo.

-¡Hermanito! -chilla y me abraza aún más fuerte, tanto así que ya me estoy asfixiando -¡te extrañé!

-Y yo a ti - digo a penas.

Se da cuenta que me estaba dejando sin respiración y se aparta de mí un poco, y sonríe.

-Bueno - vuelve a sonreír, frota su manos. Parece ansiosa- ¿que haremos hoy?

-Tenemos que ir a casa para que vayas a dejar tus cosas y te acomodes allí, luego haz lo que quieras.

-Pero si no conozco a nadie...

-Te pasaré un mata si quieres. Vamos a mi auto.

En el trayecto a mi departamento Catalina me habla de todo lo que pasó en Chile cuándo yo no estuve. Escuchaba atentamente sus palabras, pero mi celular comenzó a vibrar, lo sacó de mi bolsillo y me percato que es Francisca.

-Hola hermosa - al decir esas palabras un cosquilleo recorre mi estómago y sonrió a tan hermosa sensación.

-Hola Daniel - responde tiernamente - te llamaba para decirte que ya hablé con Noah.

Miró por un momento a Catalina, está distraída viendo las calles desde la ventana.

-Cuentame que pasó...

Narra Francisca

Cierro la puerta por detrás de mi y lo primero que veo es a Noah en el sillón con un vaso de alcohol en una mano y en la otra una fotografía de nosotros.

Se percata que estoy yo y va corriendo hacía mí, sus brazos se aferran a mis caderas y su cabeza en mi estómago. Siento como solloza y me pide disculpas una y otra vez.

-Lo que hiciste no tiene perdón de Dios, Noah - suspiro - menos en nuestra boda.

-Lo sé, lo sé - solloza aún más fuerte y se aferra más a mí - me equivoqué al hacer eso con esa...¡bruja! -espeta - yo te amo a ti - me besa el vientre varias veces - quédate conmigo -susurra - te prometo que cambiaré y que si quieres nos vamos lejos. Muy lejos de aquí, y seremos felices junto a los gemelos.

-No... Noah - trato de hablar pero las palabras no salen, hago un esfuerzo y continuó- Yo te quise y mucho, te agradezco que hayas aceptado tener una relación conmigo aceptando a los gemelos. No te importó si no eran tus hijos de sangre... los amaste de todas maneras, y te lo agradezco... pero...

-Pero...-Habla Noah y espera a que termine.

-Pero lo nuestro ya no da más, quiero terminar esto, sigo enamorada de Daniel y creí que ya no sentía nada por el pero me equivoqué.

-Te vi besándote con el en la playa -dice derrepente -y me dolió

-No sigas ¿Quieres? Todo los que has dicho son puras mentiras, te pido que no sigas y que me dejes en paz.

El asiente y se va.

Al cabo de unos diez minutos, decido llamar a Daniel, marco su número y responde en el segundo tono.

-Hola hermosa

-Te llamé para decirte que hablé con Noah

Hubo un largo tiempo de silencio hasta que respondió:

-Cuentame que pasó...

Tras hablar con él sobre el tema, quedamos en verlos en su departamento.

Salgo a caminar unos 20 minutos y al llegar a la puerta de mi casa me percato que está entre abierta, lo peor pasa por mi cabeza y corro hacia el cuarto de los gemelos, el camino se me hizo eterno, pero llegué. Dormían plácidamente.

Tomo aire y agarro a Sam entre mis brazos, le cambio su ropaby mientras lo hago se lleva su mano a su boca y arruga su nariz mientras lo hace.

Lo dejo en la cuna y tomo a Daniel entre mis brazos, al tenerlo, el abre sus grandes ojos y no quita su mirada de mi, lo dejo en el cambiador, lo visto y no deja de mirarme, le sonrió, para luego depositar un beso en su frente

Los alisto para salir y los meto en el carro. Luego, voy camino a su departamento, decido llamarlo.

-Hola, estoy afuera- a los dos minutos ya está abajo y me saluda con un beso en los labios - ¿me ayudas con los gemelos?

El sonríe y abre la puerta trasera, toma a Sam y lo mece entre sus brazos, se ven tan tierno juntos, sus ojos brillan al ver a su hijo y me causa mucho amor. Tomo a Daniel y cierra la puerta...

Te amo- dice el- esto es solo el principio de una linda historia...

¿Profesor o Novio?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora