El Diablo, apodado así por todos, tiene por propósito convertir la vida de ciertas personas en un infierno, acabando con todos quienes se le acercan.
Rencoroso, vengativo, sádico. Alguna vez fue un ángel, pero él destruyó su propio cielo, por esta razón solo tiene tatuada una mitad de su torso, un solo brazo, la otra mitad no. Aún espera ser salvado, no sabe por quién ni por qué, salvo que esta esperanza se desvanece cada día, con cada pecado, cada asesinato.
Unos ojos intensos que desnudarían el alma a cualquiera, el cabello perfecto, la sonrisa perfecta, solo usada cuando la necesita, el cuerpo perfecto, pero... el alma, como si estuviera muerto por dentro, pues él ya perdió la fe, es más, nunca la tuvo.
El físico será el disfraz perfecto para el diablo perfecto.
¡ADVERTENCIA!
Esta historia contiene lenguaje fuerte y escenas de violencia, además de escenas sexuales, no estoy a favor de este tipo de acciones y tampoco las promuevo por lo que son única y meramente ficción para disfrute de los lectores.
Cabe recalcar que no soy profesional, escribo aquí y hago esto por gusto.
Disfruten la historia