EL DIABLO CAPÍTULO 20:
-Diablo, tienes que ayudarme por favor- Laxa no aguantó más las lágrimas y corrió a abrazarme, levanté las manos en reacción.
Se separó de mí.
-entra- hice una seña con mis cejas –está bien Sra. Nash, puede bajar el arma- la anciana aún seguía apuntando a Laxa. –Llévese al niño y dele algo de comer- ordené, sin más la abuela se fue junto al pequeño de cabello rebelde.
-¿Qué fue lo que pasó?- me atreví a preguntar a Laxa mientras tomábamos asiento en la sala de estar.
-estaba en el "Prives" con Lori, y de la nada la oficina explotó, de inmediato tuve que salir en busca de Tyson, mi hijo, hice que se escondiera en la alacena, no entiendo nada- posó sus codos sobre sus rodillas y tapó con sus manos su cara – Lori solo gritaba que lo hizo la mafia negra, Carl y Cal se la llevaron antes de que todo explotara, no sabía que hacer o a quien recurrir, solo pensé en ti, perdón si molesto pero...- interrumpí.
-¿Quién te hizo la ropa así?- pregunté.
-dos negros, pensaban que yo sabía dónde estaba el Demonio, pero no sé nada- respondió, no paraba de llorar y eso me desespera.
-¿Cómo llegaste a trabajar con Lori?-
-el Demonio, me llevó- dijo.
-¿Cuándo?- volví a cuestionar.
-poco después de que fueses a verme para averiguar sobre él, me amenazó, se llevó a mi hijo, pero...-
Por alguna razón ahora ya no creía tanto en las palabras de Laxa, hay algo más.
-ya cállate- exclamé –en el segundo piso hay una recámara a mano derecha, ve ahí y duerme un poco, llévate al niño y dile que todo estará bien, nos vemos en la mañana- dije por último, guie mis pies por sobre las escaleras, -ah, y recuerda que ahora me debes dos cafés-.
(.)
-¡no! mamá, jaja-
-¡ven aquí!-
Esas voces cortaron mi sueño por completo.
Traté de cubrir mis oídos con la almohada dando vueltas sobre la cama pero fue inútil, mi día libre había sido arruinado por las putas risas de una madre y su hijo.
Levanté mi cabeza viendo la hora, 10:00 am.
-temprano-
Me puse de pies, no me molesté en ponerme zapatos o algo así, mi cabello estaba totalmente despeinado y mis ojos algo adormecidos.
Mi puerta sonó.
-¿hijo estas despierto ya?- esa voz inconfundible, la Sra. Nash.
-no- ironicé con la voz ronca.
Escuché que ella rio del otro lado -¿puedes bajar a la piscina?, estamos allí, el desayuno está servido- escuché que se alejaba.
Abrí la puerta, miré a ambos lados antes de salir, rasqué mi nuca y salí del cuarto.
Bajé las escaleras.
Dirigí mis pies descalzos hasta la puerta de cristal, que daba a una perfecta vista de mi piscina en el jardín trasero, la abrí deslizándola.
Atraje las miradas de Laxa y Tyson quienes estaban en la piscina muy divertidos, la Sra. Nash, estaba sentada en el borde con los pies colgando, rozando en el agua.
Todos estaban sonreídos, caminé hasta la pequeña mesa cubierta con una gran sombrilla donde estaba mi desayuno que consistía en una diversidad de frutas picadas con cobertura glaseada y un jugo de naranja, -hecho por la anciana-, tomé asiento y devoré las frutas.