EL DIABLO, CAPÍTULO 13:
Elysium. Hospital
Un vaso de café bien cargado me es entregado por la enfermera de turno.
Me encuentro en la sala de espera del hospital, viendo como las gotas de agua chocan contra la ventana de mi lado derecho. Había conducido lo más rápido que pude. El padre Tomás perdió la consciencia antes de llegar, ahora está en terapia intensiva luchando por su vida, ya que su pierna contenía una gran hemorragia, la cual se infectó de inmediato.
―Familiares de Tomás Gonzales ―escucho desde el fondo, levanto la mirada para ponerme de pies junto con mi café.
―Soy su sobrino ―miento.
―Se encuentra estable, pudimos deshacernos de la infección con éxito ―responde el doctor.
―Genial, ¿Puedo verlo?
―Solo por un momento, por aquí ―me guía hasta la habitación 34, abre la puerta de color blanco, y allí, diviso al padre Tomás, con algunas máquinas alrededor de su cuerpo y uno que otro vendaje en su pierna, pero vivo.
Me sorprendo, ya que en mis manos todo muere.
―Los dejaré un momento ―dice el doctor y sale del cuarto.
―No salgas con tus groserías ―se adelanta el padre a mis palabras, suelto una pequeña sonrisa.
―No lo haré ―aseguro.
―No llegaré a dar la misa de la tarde ―me mira.
Bufo.
―No llegará a muchas más misas de la tarde ―afirmo, él tiene que guardar reposo.
―Supongo que mi reposo me mantendrá alejado de ti y tus líos un buen rato ―dice el padre con burla.
―Ya, cierre la boca ―ordeno en tono de burla, igualmente.
El silencio reina la habitación por un momento.
―¿Ese muchacho, tiene tu edad? ―me pregunta, al principio no entiendo a lo que el padre se refiere, pero después de unos segundos me percato, el Demonio.
―No lo sé.
―Pues, yo creo saberlo ―me sorprendo después de esas palabras.
―Hable ―concluyo.
―Antes de ti, sospecho que ella tuvo un bebe. No lo digo porque lo haya visto pero a veces tu madre actuaba muy extraño, se vestía con el hábito demasiado holgado, no lo sé, es la única explicación que le encuentro, además ella y Martín tuvieron algo antes de que ella conociese a Casian. Supongo que luego del abandono de tu padre, Eva volvió a buscar a Martín.
―Entonces vendría siendo algo así como ¿Mi hermano mayor? ―añado, el padre asiente―. Cuando mamá entró a su convento estaba embarazada, por eso entró allí, talvez no quería que sus padres se enterasen y entrar de monja fue la única salida que se le ocurrió ―sugiero.
Hasta mi madre tenía sus secretos muy bien guardados.
―Pero ¿Qué hizo con ese bebé? ―es la pregunta del padre Tomás.