EL DIABLO CAPÍTULO 24:
"Quito, Bed Stuy 21:04 p.m."
Desierto, límites de la ciudad.
Ella estaba muy aturdida, por lo que se me hizo fácil desaparecer con ella entre el humo.
-¿Qué haces?- me preguntó mientras la sentaba en el asiento del copiloto en mi coche.
-¿Cómo te llamas bombón?- evité su pregunta.
-A... Alex- respondió.
-lindo nombre-
Sonreí -¿a... a dónde vamos?, ¿Quién eres?, Cris, auch- comenzó a hacer preguntas sin sentido, por lo que supuse estaba muy afectada por el humo tóxico de la explosión.
-shh- puse un mechón de cabello detrás de su oreja – no preguntes, solo has lo que te diga lindura, ¿entendido?- pregunté y asintió de buena manera.
-¡Diablo!- escuché por detrás, giré mi cabeza para encontrarme con Elisa corriendo directo hacia mí, cerré la puerta del auto.
-¿Qué quieres?- mascullé.
-¿A dónde iras?-
-Qué te importa- admití obvio.
-no puedes irte, el FBI está siguiéndote, la policía y tu hermano quieren matarte...- interrumpí.
-ya cállate- estaba a punto de ponerle una cinta en la boca, pero recordé que está en el FBI y literalmente me podía encarcelar – nena- me acerqué – tu, no vas a dejar que la policía y menos el FBI de conmigo- rocé mi dedo pulgar en su labio inferior.
-claro que no, pero no te vayas- se apresuró a decir.
-debo irme-
-Te amo- pronunció de la nada.
Sentí cada una de las letras de esas dos palabras como nada, simplemente nada.
-solo te acostaste conmigo una jodida vez ¡supérame!, olvídame, busca otro- exclamé.
-¿crees que no lo he intentado?, no puedo – los ojos de Elisa se cristalizaron, esto solo la hacía verse patética.
-¿y qué quieres que haga?- me alcé de hombros.
-¡te dije que si fallabas te ibas a arrepentir!- escuché los gritos de Cal y levanté mi vista enseguida, venía hacia mí apuntando con un arma.
-¿Cómo mierdas sabía que no maté a Jota?-
-¿Qué?- no tenía otra palabra para pronunciar.
Detrás de Cal venía el Gonzo.
-ahora lo entiendo-
-¿adivina quién me dijo que no mataste a Jota como ordené?- la vista de Cal se fue a Gonzo.
-hijo de perra- caminé hacia él, pero Cal colocó su arma en mi cabeza impidiéndome llegar al traidor.
-Gonzo me dijo todo, le pagué unos cuantos billetes por la información, pero eso ya no te incumbe- dijo Cal para después cargar el arma en mi cabeza – ¿recuerdas cuando te dije que sé lo que ocultabas Diablo?-.
*flashback*
-¿Cómo me encontraste?- me puse de pie.
-pasaba por aquí, llámalo casualidad o como quieras- no dio más pasos, esperó a que yo estuviera en frente de él – te quiero de mi lado Diablo-.