31 Días.

Protección (18/10/16)

Título: Protección
Palabras usadas: 399
Dedicado a anabel15exen

El choque de las espadas retumbó en sus oídos y las siluetas que danzaba tan peligroso acto se reflejaban en sus ojos, quería gritar, quería llorar pero ella le ordenó mantener silencio. Cerró los ojos rezando a sus dioses en una suplica que todo fuese una pesadilla que su familia no estuviese muerta, que las casas al alrededor no ardieran, que los restos de carne a su alrededor no fueran de humanos y sobre todo que su amando país no estuviera destruido por ideales. En medió de su oración, sintió como una pequeña mano agarrarlo del brazo, forzándolo a ponerse de pie , tropezó pero la mano lo detuvo y sin darle tiempo lo puso a correr.

- vamos debemos irnos - habló una voz que lo hizo abrir sus ojos, apreciando ese largo cabello rojo como las llamas y sangre que los rodeaban, ondeante Por donde pasaban, sabía de quién pertenece, su amiga la que hace unos segundos clavo con fuerza su espada a un enemigo - Marino vamos- ella lo llamó mientras se metían a un callejón.

Descansando pudo apreciar la mejor, su cabello rojo estaba sucio por la pelea y sangre, no por una travesura realizada, su ropa rota por la lucha, no porque se tropezó en sus quehaceres, manchadas que en algunas tardes eran de pintura de colores fueron cambiadas por la de sangre de un fuerte color que lo que alguna vez fue naranja cambio a rojo,  su olor característico a pinturas e fresas fue sustituido por el de sangre, sudor y humo, su mirada alegre se volvió  fría, y en su mano izquierda ya no descansaba un lápiz sino que empuñaba fuertemente una espada que goteaba sangre, mordió sus labios de impotencia, ella su tímida, torpe, artística y fiel amiga, cargaba en su espalda, muertes de personas por su culpa, por ser un cobarde que no quería aceptar lo que sucedía.

- no llores por lo que vez, nací para protegerte eternamente así que me alegra por fin ser útil para mi propósito - ella habló sacándolo de su estado de recriminación, mirandolo con esa mirada de amabilidad, esa mirada provocó en el, lo que tan horribles escena a vívido desde que amaneció no hizo, lloró abrazándola fuertemente, sin importarle que estaban en medió de una revolución.

Y dentro de él, se despertó lo que llamaban valentía, y se prometió que el volverá el todo cómo era antes, porque Nathaly kurtzberg, la persona que amaba merecía un lugar de paz, porque ella no era una rosa color carmesí si no un tomate que debía proteger.