2. El proyecto

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Pasé todo el día rogando al cielo que por ningún motivo me fuera a topar con ellos, no me sentía con ánimos de hablarle a ninguno. ¿Tanto tardé en darme cuenta que estuve enamorada de un completo idiota? Ian sólo pensando en él, y encima me vengo a topar con un Ian más, ¿Raro? Pues sí, Kyle es mucho más raro.

En viernes y en mi última hora de clases, mi sonrisa se postraba en mi rostro, nada mejor que acabar la escuela a una hora temprana. Entró el profesor con cara de “trabajaremos un poco por hoy”, y con eso entendemos perfecto que trabajar un poco para el es tomar lista y analizar los temas para la siguiente clase, eso es estupendo.

-Alumnos, para la próxima clase los juntaré en equipos con los alumnos de otro salón, quiero ver como es su convivencia con personas que pertenecen a otros aires, si el resultado es positivo, tendrán una calificación arriba de 8, todo dependerá ya sólo de sus notas en el trabajo que les encargue.

-¿Y quién será el salón con el que conviviremos?-. Preguntó un muy buen amigo, no a todos nos gusta mucho preguntar.

-Son los del salón 5F.

Se escuchó un silencio, hasta que comenzaron a aterrar al profesor con preguntas al mismo tiempo que muchos se estresaron. Y entonces vi pasar a Kyle y recordé que el pertenecía a ese salón.

-¿Cómo nos va a organizar?-. Volvieron a preguntar.

-Lo más seguro es que por número de lista, hace unos días le comenté a los del 5F y parece que quedarán así: Paulina con Rubén, Maira con Marisa, Priscila con Monica….- Estuve esperando hasta que pasara mi apellido y cuando por fin se acercaba… -Marcelo con Camila, Kyle con Leyla….- ¿Qué?, ¿Es una maldita broma?, ¿Kyle?

Al terminar la clase intenté probar suerte viendo si podría cambiar puestos para no tener que tratar con Kyle por al menos dos semanas. –Profesor, ¿Podemos hablar?

-Dime, Leyla, ¿Qué se te ofrece?

-¿Es posible cambiar compañero en el equipo?

-Pues no me es posible, digamos que los organicé de una manera más fácil.

¿Me quedaba de otra? Claro que no, además, ¿Qué tan malo podría ser empezar a tratar a Kyle más allá de un saludo o algo de ese estilo? Y aunque lo fuera, no me queda de otra, insisto.

 -Claro. Bueno creo que no me podrá ir tan mal trabajando con Kyle.

-Es un buen muchacho. –Sí como no, ¿Algo más?- Sólo que es un poco presuntuoso, es cuestión de un poco de tiempo.

-Espero que pueda trabajar con él.

-Ya verá que así será.

Salí un poco decepcionada de clase, con las únicas personas que no quiero trabajar o tenerme que juntar y el profesor se le ocurre que es una buena idea que haga el trabajo con Kyle.

 Para mi grata sorpresa me tuve que topar con Ian a la hora del almuerzo, a quién traté de evadir y fue completamente posible. Creo que el no supo que yo estaba ahí, con quien no corrí nada de suerte fue con Kyle, a él si me lo topé.

-¿Por qué esa cara Leyla?, ¿Te dijo algo Ian?

-No Kyle, a Ian lo vi en el almuerzo pero creo que soy buena fingiendo.

-¿Entonces?-. ¿Qué hago?, ¿Le digo?, es que tampoco quiero hacerlo sentir mal. -¿Qué anda mal?

-¿Por qué te preocupas tanto por mí, Kyle? Tienes tantas a tu alrededor, ve y busca a alguien más.

-Sólo quiero pasar un tiempo contigo Leyla, creo que no es para que te molestes.

-Tranquilo, según el profesor de Biología quedamos juntos en el trabajo, así que nos veremos como por dos semanas seguidas.

-Eso suena excelente.

-Sí.- Resoplé.

-¡Hey Leyla!, ¿Podemos hablar? -¿Ian?, ¿Ahora que quiere?

-Lo siento pero yo ya me retiraba a clases, adiós Kyle, nos vemos Ian.

-¿Puedo pasar más tarde a tu casa?

-Vamos a hacer tarea Ian, creo que no podrás ver a Leyla como por un mes, la tendré un poco ocupada.- Intervino Kyle mientras pasaba a un lado de Ian y se acercaba a mí. Depositó un beso en mi frente y siguió su camino.- Te espero orita Leyla para irnos a casa para comenzar con el proyecto.

Cuando Ian estaba algo por decir, sonó la campana y decidí irme casi corriendo, no quería escucharlo para nada. Y tuve que agradecer que esta vez me salvó la campana.

A la hora de salir de la escuela ya iba directo a tomar el camión cuando nuevamente alguien jala de mi mochila, pero esta vez sabía de quien se trataba y no dejé de caminar.

-¿Me dirás ahora por qué andas molesta?

-Kyle, ¿Me dirás ya por qué te preocupa tanto que yo ande tan molesta?

-Me caes bien, entonces me preocupas.

-Sólo es que saber que un día estuve enamorada de un imbécil me hace sentir extraña y querer evadirlo será la única para sentirme contenta, ¿Ya?

-Sabía que Ian era un imbécil pero nunca me dijiste que era tanto.

-Todos lo saben, me extraña que no lo supieras si eres idéntico a él.- Seguí caminando aun cuando sentí que mi mochila estaba más liviana pero ya no sentí a Kyle seguirme y por alguna extraña razón volteé a ver a dónde se había quedado. -¿Qué?

-¿Por qué razón me comparas con Ian? –Bien, ese rostro realmente mostraba enojo, quisiera fingir que no sé por qué, pero claro que lo sé. –Sé que no soy de tu agrado, y tal vez no lo merezco, pero no me andes comparando con un imbécil que sólo supo hacerte daño.

-Kyle yo… -¿Qué iba a decirle? Sólo bajé la cabeza y dejé caer los brazos cuando sentí que otros brazos me envolvían, me sentía mal por lo que le había dicho, así que lo abracé con ambas manos de manera muy fuerte.- Yo lo siento Kyle, creo que no tuve razón para decirte eso, sólo me encontraba un poco molesta. – Y es aquí donde sentí que su cabeza cayó sobre la mía, claro, está más alto que yo, cuando menos podía llegar a sus hombros. – De verdad lo siento, no debí compararte con él.

-Sé muy bien quien soy Leyla, y lo que soy, y también conozco la razón por la que me comparas con él, pero créeme que soy más hombre que Ian, lo conozco desde hace mucho y no tenemos nada en común, eso te lo puedo jurar.

-Está bien Kyle, enserio lo siento. – Y he aquí el momento incómodo, donde traté de zafarme de una manera nada agresiva, pero Kyle parecía no entender o intentaba molestarme.- Kyle, creo que es hora de que continuemos nuestro camino si quieres comenzar a hacer algo de tarea.

-Lo siento Leyla, ah y de eso, no podremos hacer algo, el profesor no nos ha dado los temas.

Le ofrecí una sonrisa en forma de disculpa y me soltó, continuamos caminando hasta mi casa y no se fue hasta que me vio adentro de ésta. 

Otra vida fuera de la rutinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora